miércoles, enero 13, 2016

Robo del Siglo, a diez años de aquel 13 de enero de 2006

Recuerdo de aquel 13 de enero, me refiero al de 2006. Era viernes, el día estaba nublado en Buenos Aires. Y del clima porteño, todos nos enteramos, aún cuando vivamos en la Antártida, la Patagonia o en medio de la Puna.
Como suele suceder durante la “vertiginosa temporada televisiva”, gran parte de los medios transmitían desde las playas marplatenses, adormeciendo las mentes de los mansos televidentes.
Mas la quietud de aquel bendito viernes, viose interrumpida al mediodía, cuando cinco hombres entraron en el banco Río de Acassuso y se hicieron dueños del lugar ...
Para los medios, era una toma de rehenes. Los “gloriosos” canales televisivos, omnívoros y dueños de la verdát, se apostaron a la vera de la tragedia, y transmitieron en vivo, aventurando sandeces y especulaciones. Cuestión que se acrecienta con el tiempo, lo padecemos a diario y los ribetes Lanattescos no dejan de asombrar.
Después de varias horas de tensión, la Policía entró en el banco y no encontró a ningún ladrón. Los rehenes estaban sanos y salvos.
En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”, así rezaba una poética nota escrita por el líder de la banda encontrada en la bóveda del banco ...
Después de un tiempo, los ladrones cayeron, fueron juzgados y condenados. ¿Como están todos ellos?, bien y libres, porque la justicia confirmó que actuaron con armas de juguete.
Quienes fueron estos seres, bastante atípicos, por cierto

Fernando Araujo:
I
deólogo y líder del asalto al banco. Planificó el golpe durante mas de un año. Artista plástico y profesor de artes marciales. Inicialmente quería actuar solo, pero se dio cuenta que iba a ser muy difícil.
Eligió el Banco Río de Acasusso como blanco, porque vivía a diez cuadras de ahí y conocía la zona a la perfección.

El robo fué único porque combinó dos modalidades: la de boquete y toma de rehenes. Buscaban verse rodeados, que la policía desplegara multiplicidad de efectivos, pensando que todo ocurría en la planta baja con los ladrones y los rehenes, pero lo importante pasaba en el subsuelo, donde vaciaban las cajas de seguridad.
Araujo vive en Palermo, trabaja en un atelier y es personal trainer. Productores de cine lo buscan para comprar los derechos de su historia.

Sebastián García Bolster (alias El Marciano):
En principio, el tipo no quería sumarse a la banda, pero Araujo lo convenció. Se ocupó de la construcción del dique y a resolver con practicidad los inconvenientes técnicos que se plantearan. No ingresó al banco.
Esperó desde afuera del boquete que comunicaba a la salita del banco con el desague fluvial por donde escaparon con 19 millones de dólares y 80 kilos de joyas.
El Marciano está libre, escribe un guión de una historia de acción (no la del robo al banco). Labura en su taller, donde arregla autos y motos. No volvió a ver a ninguno de sus compañeros.
Parece que fue su debut y despedida en el mundo del delito.

Luis Mario Vitette Sellanes: Cuando se casó en diciembre de 2014, como souvenir (de la boda), entregó el libro “Sin armas ni rencores” - el robo al banco Río contado por sus autores.
Fue la cara del audaz robo, por su histrionismo en los reportajes televisivos, sus ocurrencias en twiter (tiene más de 15 mil seguidores) y por las canciones que compuso con Sergio Zajdenberg, miembro del grupo musical Los Trovadores de Venus.
Vitette fue clave en el asalto: además de cavar el túnel mano a mano con Araujo, fue el encargado de negociar con el policía del Grupo Halcón durante dos horas. Estudió teatro para cumplir ese rol fundamental para ganar tiempo, burlar a la Policía y permitirle a sus compañeros vaciar las cajas de seguridad.
Recibó propuestas para ser protagonista de un documental, de una obra de teatro de humor y de un cineasta, pero declinó todos los ofrecimientos: “tengo una contadora implacable y una billetera llena”, dice cada vez que le proponen algo.

Rubén Alberto de la Torre:
Es el que pasó más tiempo en cafúa (ocho añitos). Ahora disfruta de su libertad. Apareció en los medios promocionando un libro sobre su historia y la del robo al banco (El robo del siglo, de Luis Beldi), y anunció que su vida será llevada al cine. Por el contenido del libro, Sergio Samuel Arenas, el abogado de Sebastián García Bolster, condenado por el robo pero que siempre negó haber participado, lo demandó por calumnias e injurias.
“Beto”, como lo llaman, fue el primero en entrar en el banco, disfrazado con un delantal y una peluca. Fue miembro de la histórica superbanda. Su esposa Alicia Di Tullio, hermana de Pepita la Pistolera, lo delató ante los investigadores porque supuestamente pensaba fugarse con su parte del botín y una joven amante. Sus compañeros lo cuestionaron por ese error. Habían acordado no involucrar a mujeres en la banda. Beto fue el primero en caer preso. La Policía le secuestró un millón de dólares. No volvió a ver a Alicia Di Tullio ni a su hijo. Ella cuida ancianos en un hospital.

Julián Zalloechevarría (alias El paisa): Pasa el tiempo con su esposa y su nieto. Estudia Derecho y dice que está retirado del delito. Aunque le falta inversionistas, le gustaría abrir un restorán o bar temático sobre el robo del siglo, con un boquete y túnel incluido para que los comensales lo visiten.
En el robo se ocupó de robar los dos autos que usó la banda y fueron abandonados. Los robó, por pedido del líder, sin armas ni violencia. El paisa se ocupó de conducir la combi con la que fugaron y tenía un agujero en el piso que coincidía con la alcantarilla de Libertad y Tres Argentos. Por allí subieron los miembros de la banda.

InterrogantesNo se sabe dónde está el resto del botín, ni quiénes son los otros dos ladrones que participaron del robo, que nunca fueron detenidos ni sospechados.



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