Socializo una genial entrada de la escritora Verónica Molina, quien a través de su bitácora nos da unas bellas/intensas pinceladas de la vida mesma. Y además trae a colación una cuestión bien interesante, sobre como laburar el poder de la intención, siendo precisos en nuestros pedidos que le hacemos al universo, y no anodinos. Haciendo pedidos del estilo: prosperidad, salud, etc. Vd. cuando concurre al boliche amigo, y le pide una mila completa al mozo. A este no se le ocurrirá aparecer con unos vermicelli al tuco pesto. Vd. le dirá, algo así:
- Pero Mansillita, estás chupado vos? Yo te pedí una milanesa completa. Traduzco con fritas y dos huevos. Si no hay, avisame, pero no intentes pasarme gato por liebre. Nos conocemos, no?
Así debemos ser de específicos y confiados pa' con nuestros pedidos. Pasen y vean la bitácora de la Vero.
Genial/aguda escritora.
Hoy me pasaron un dato: al Universo hay que pedirle los deseos en forma bien detallada y concreta. Nada de "salud, dinero y amor", porque el Supremo Fulano Cósmico no puede hacer un cuerno con cuestiones tan generales, así que Él (o Ella) podría tomarlo como una especie de "piedra, papel o tijera" o cualquier otro comodín de esos que siempre nos salvan en los juegos de naipes, pero que acá no, no dan lo mismo.
Hay que pedir los deseos para el nuevo año, entonces, con la misma descripción parsimoniosa con la que yo entraba al almacén cuando era chica y decía: "Buenas tardes, Don Mingo, necesito doscientos gramos de jamón, pero dice mamá que le recuerde que jamón no es lo mismo que paleta porque ella no quiere paleta, sabe?", así, al detalle, cuali y cuanti, para dejar el asunto bien en claro desde el vamos.
Entonces yo, que siempre fui una alumna aplicada para estas cuestiones y para tantas otras -menos para Educación Física-, me puse a pensar y descubrí que tengo estos deseos para compartir con ustedes en el momento del brindis:
- Para mi país: un candidato a presidente al mejor estilo Lula, que se venga perfilando tranquilamente el año que viene para que yo pueda votar algo como la gente en las próximas elecciones.
- Sobre mi familia y mis amigos: que siempre sean de ésos que si tienen que elegir entre comprar una remera trucha de Louis Vuitton por treinta pesos, y una de algodón sin logo que cuesta lo mismo, elijan la segunda, por el simple hecho de que les importa un comino el enrostrar falso y berreta. La inteligencia al poder para los míos, todos los años. En el 2010 también.
- En vez de "dinero" así a secas: que todos podamos ahorrar un 20% de nuestros ingresos, después de haber gastado en todo lo necesario. Ahí vale que hagamos un esfuerzo en analizar qué es necesario y qué no lo es, pero una vez definido con cierta objetividad, que el Universo y el Ministerio de Economía hagan el resto.
- En vez de "salud": que cuando nos hacemos esos megachequeos, nos den razonablemente bien y sin sobresaltos. Ok, tendremos que ser proactivos e ir al médico de vez en cuando, pero una vez cumplido ese requisito protocolar, que los laboratorios estén de nuestro lado y las noticias sean todas buenas, como las del canal de televisión afín al gobierno.
- Bajando al detalle el temita éste del amor: que todos encuentren a su media naranja sin necesidad de cometer bigamia, y que una vez que la tengan ahí cual materia dispuesta, que dejen el exprimidor de lado para saborear lentamente el contenido: no hay que presionar tanto, mis queridos, lo bueno siempre va saliendo a su ritmo. (No atosiguéis, y tendrán jugo para rato).
- Que podamos hacer muchos viajes alrededor del mundo, para aprender de veras a ser tolerantes, y otros tantos más allá de las estrellas -imaginación mediante- para no volvernos insoportablemente materialistas.
Y eso es todo. Bien al detalle, como me dijeron que haga. Chinchín y feliz 2010.