A tal punto que varias veces quiso morir...
Para aplacar y cambiar esta realidad, llamó a los sabios, a los médicos, a los magos buscando alguna solución para su mal.
Y nada (¡que lo tiró!, el dinero no puede comprarlo todo amor)
Hasta que apareció uno que dijo tener un remedio: y escribió algo en un papel que guardó en un cofre que le dió al noble diciéndole:
- No lo abras hasta que estés en medio de la melancolía. Entonces léelo y aprenderás una verdad magnífica.
Pasó el tiempo y el melanco-Rey tuvo otro nuevo episodio de esa tristeza abismal-real.
Pero, ahura recordó su cofre y el bendito papel guardado.
Lo buscó y leyó lo siguiente:
- Ya pasará, mi Rey; ya pasará.
- No lo abras hasta que estés en medio de la melancolía. Entonces léelo y aprenderás una verdad magnífica.
Pasó el tiempo y el melanco-Rey tuvo otro nuevo episodio de esa tristeza abismal-real.
Pero, ahura recordó su cofre y el bendito papel guardado.
Lo buscó y leyó lo siguiente:
- Ya pasará, mi Rey; ya pasará.
Que lo malo pase, y lo bueno quede.
Entonces, las lágrimas del soberano, trocarán por una sonrisa armoniosa y pacífica.
Entonces, las lágrimas del soberano, trocarán por una sonrisa armoniosa y pacífica.
Que esta Navidad, nos permita salir de nuestros yerros (άμαρτία), y recuperar nuestro centro, para apuntar bien con nuestras acciones.
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