¡Que antigüedá! Recuerdo esos carteles, incrustados en los porteños plátanos, ande solicitaban laburo, con el mero hecho de ofrecerlo.
Voy con la cocina interna de un dibujo memorable: Los picapiedras.
Fijate como tocaban la música que caracterizaba a esos pétreos y queridos personajes.