Fue cuando Jerome David -abreviado J.D.- Salinger apenas había publicado un único cuento.
En 1948 se ganó a los lectores más exigentes gracias a una colaboración con la revista The New Yorker y en 1951 logró seguidores en todo el mundo con la novela de culto El guardián entre el centeno. La historia del adolescente Holden Caulfield, que se resiste frente a la hipocresía y desesperanza del mundo adulto, incluso fue comparada con el Werther de Goethe.
Fue su única novela. Molesto por el revuelo y la fama que generó su libro, se retiró poco después de la vida pública.
Desde hace casi seis décadas vivía aislado tras altas cercas en Cornish, un refugio en las colinas de New Hampshire, en el noreste de Estados Unidos.
Al principio siguió en contacto con el exterior mediante sus relatos breves.
En 1953 apareció su libro Nueve cuentos, que incluye dos de sus más famosos relatos, Un día perfecto para el pez banana, y Para Esmé, con amor y sordidez.
En 1961Franny y Zooey, conformado por dos relatos. Dos años después publicó Levantad, carpinteros, la viga del tejado y Seymour: una introducción.
Hace más de 40 años, el 19 de junio de 1965, el New Yorker publicó su nouvelle Hapworth 16, 1924, un ciclo sobre la familia Glass. Luego Salinger, uno de los autores norteamericanos más leídos y respetados de posguerra, se sumergió sin anuncio en el silencio. Ni una línea suya volvió a salir a la luz en casi 45 años.
"Sólo escribo para divertirme", señaló a The New York Times en 1974 en entrevista telefónica.
Agregó que el no publicar le otorgaba "una paz maravillosa". El resto de lo que se supo sobre J.D. Salinger provenía de fuentes secundarias.
La periodista Joyce Maynard, contó en 1998 en su libro de memorias Mi verdad, que el autor de culto se sentaba diariamente con un overoll azul frente a la máquina de escribir para redactar libros enteros.
Sin embargo, por la noche, guardaba las páginas bajo llave. "Sólo puedo soportar la sociedad allá afuera si uso mis guantes de goma".
Hace más de 40 años, el 19 de junio de 1965, el New Yorker publicó su nouvelle Hapworth 16, 1924, un ciclo sobre la familia Glass. Luego Salinger, uno de los autores norteamericanos más leídos y respetados de posguerra, se sumergió sin anuncio en el silencio. Ni una línea suya volvió a salir a la luz en casi 45 años.
"Sólo escribo para divertirme", señaló a The New York Times en 1974 en entrevista telefónica.
Agregó que el no publicar le otorgaba "una paz maravillosa". El resto de lo que se supo sobre J.D. Salinger provenía de fuentes secundarias.
La periodista Joyce Maynard, contó en 1998 en su libro de memorias Mi verdad, que el autor de culto se sentaba diariamente con un overoll azul frente a la máquina de escribir para redactar libros enteros.
Sin embargo, por la noche, guardaba las páginas bajo llave. "Sólo puedo soportar la sociedad allá afuera si uso mis guantes de goma".
¡Capo el Jerome David!