El film de Juan José Campanella, ciertamente sobresale en cuanto a su trama.
Particularmente, hubiese eliminado algunos detalles del final que restan mérito y ritmo al formidable laburo de Villamil, Darín y el irreconocible Francella.
La descripción costumbrista del submundo tribunalicio, y los vericuetos de bares que abundan en dicha zona del macrocentro es una verdadera poesía.
Otra mención para el personaje del escribano que sabe todo sobre Racing. Impagable, un personaje fontanarrosístico.
La Sole, aún sin cantar, deslumbra (como sus ojos). Darín logra transmitir un poco mas de emoción, a la que nos tiene acostumbrados, y Francella roba por afano, con ese personaje tan querible.
Una gran obra de Campanella. El martes 2 de febrero, sabremos cuales son las cinco pelis que seguirán compitiendo por el oscar.
Luz, cámara, acción ..