Llegan las vacaciones, algunos elegidos se van de la rutina anual, y vienen (pa' tuitos), días de balances que de un modo u otro, se obstinan en ser deficitarios.
¿Por-qué nos empeñaremos en seguir espejismos inalcanzables, ideales que nos deslumbran, y nos trastornan?
Al parecer, nuestro cerebro no es muy preciso para medir el tiempo (entidad todavía incomprensible hasta para los físicos, el tiempo, no nuestro cerebelo).
Y dependemos de parámetros indirectos, pa' que nuestro "reloj" interno marque los minutos, los segundos, los años.
Pero, solemos estimar el tiempo transcurrido siempre como menor que el que indican los relojes y calendarios.
Por eso, para nosotros, ¡el tiempo vuela!
Ahijuna canejo! Ahora comprendo tanta angustia acumulada/atrasada. Intentemos no darle tanta bolilla en el año del bicentenario.
Mirá, justo me llega un mensaje de Miguelito Cantilo, y dice así:
Vivimos en un tiempo
Sin tiempo que perder
Fichando nuestra historia con tarjetas
Y presidios de papel
Luchamos como bestias
Tratando de frenar los días
Los relojes automáticos
Y la natalidad
Y cuando nos libramos del yugo laboral
La vida está dictada ya por televisión:
Usted comprará aquello y hará esto
Debe hacerlo, porque refresca mejor.
Nos han sintetizado
La forma de existir
La fuerza de la lágrima o la risa
El teatro va a morir.
Conciencias hidramatic
En créditos la fe
Los libros atrapados en pantallas
Y doblados del inglés
La luna transmitida
Doblada al español
Y por toda poesía
Alguien habló de amor
Habló de amor y paz
Y le dijeron que tenía el pelo
Sucio de malvón
Por un minuto vuelvan atrás
La luna es una pompa de luz
En ella la bandera
Y en la tierra una cruz.
Tejamos en el día
Un hueco de verdad
El libro de poemas toma apenas
Lo que el show o la serial.
Y brinda todo aquello
Que un hombre puede dar
Su lágrima, su dicha, su secreto
Sin horarios ni canal
Mañana cuando fiches
Tu vida un poco más
Recuerda que a tu espalda
Revienta un sol de paz.
Debemos rescatar lo que nos queda
De ese grito sagrado,
Libertad, libertad, libertad, libertad
No es un pueta, el tipo?
Y ahora junto a Jorge Durietz y con los arreglos del genial Jorgito Calandrelli, nos cantan las cuarenta de este modo:
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