viernes, marzo 12, 2010

Alejandro Mayol


Inauguramos la sección La Palabra, un seleccionado del citado suplemento que se publica en La Opinión, precioso diario de Rafaela. 
La pluma es de Raúl Vigini, escritor inquieto y visionario. Nos honra con su presencia en Carpe Diem. A continuación, una preciosa entrevista a Don Alejandro Mayol.
Grazie!


Logró lo que los grandes -mujeres y hombres- esperan de su obra: que trascienda y se haga anónima cuando el destino la lleve por los caminos del tiempo.
Su aporte valioso al cancionero popular y a la liturgia permitió que la música acompañe sus cantos reflexivos. Es el inspirado autor de la idea primigenia de la Misa Criolla que ha logrado el reconocimiento universal. Conversamos desde el ámbito familiar, de su vida.

LP - ¿Dónde nació?
A.M. - En Buenos Aires en 1932.

LP - En algún momento de su vida la vocación religiosa se hizo presente.
A.M. - Sí. Ingresé al seminario a los 19 años y fui ordenado sacerdote en diciembre de 1959. También estudié Teología y filosofía en el Seminario y Sociología en la UBA.

LP - En esos años compartió momentos importantes en lo personal y como argentino, seguramente.
A.M. - En ese momento formábamos un grupo en el que todos los curas tenían la misma idea, desde las páginas de Tierra Nueva que tenía esa línea y se publicaron tres números. Era la posición de ese grupo: el tercermundismo. En ese momento era bastante complicada la relación como para mezclar otro tipo de temas como en mi caso que estaba con mis propias decisiones. No quería interferir en eso, pero no por eso dejé de estar en contacto y de ser amigo con todos.

LP - La amistad con Carlos Mugica sin dudas lo marcó para siempre.
A.M. - Carlos Mugica fue una gran persona. Un hombre bueno. Nos conocimos en Acción Católica en la Parroquia del Socorro. Hicimos el seminario juntos, si bien Carlos era mayor que yo. Nos ordenamos juntos. En la foto estamos uno al lado del otro. Hice un año de ingeniería primero, después ingresé al seminario, porque mi padre me pedía que hiciera algo de facultad para ver si seguía con "esas" ideas. Seguí con las ideas. Con Carlos fuimos muy amigos. Hicimos cursos juntos. El famoso curso sobre Teilhard de Chardin. Fue un curso muy interesante con gente muy interesante y ahí estuvimos con Carlos bastante directo. Era asesor de la JUC -Juventud Universitaria Católica- en Medicina y yo en Farmacia.

LP - ¿Cuándo compuso música?
A.M. - En los años 60, 61 y 62 se dieron los momentos de mayor composición. Antes hacía algunas cosas en el seminario, cuando integraba el coro. Aunque me echaron junto al Padre Mugica porque desafinábamos. Después de eso el director nos dijo que sonaba mejor sin nosotros.

LP - Entonces vino la televisión y una forma diferente de mostrarse como cura.
A.M. - A algunos de la jerarquía eclesiástica no les gustó. El programa de televisión "Trampolín a la vida" fue en esos años también. Allí fui más conocido. Estuve en el 7, en el 9, en el 11. Pasé por todos los canales.

LP - La autoría y la composición lo tuvieron como protagonista.
A.M. - Entre los temas más conocidos están "La Creación" que después grabó Piero y recorrió el mundo. Nos contó que en países latinoamericanos la conocen popularmente. Otro tema es "Hay fiesta en la casa en el padre". Muchos de cowboy porque tenía debilidad con esa música y además porque recién empezaba con la guitarra, como ejemplo está "Luna de miel en Arizona". Otros son "La milonga de David y Goliat", "Zaqueo".

LP - ¿Había un lugar de inspiración por excelencia para escribir y componer?
A.M. - Los temas en muchos casos los creaba siendo profesor universitario cuando iba a los campamentos de Bariloche. Es el caso de "La Caravana", "O Trompeteiro", "La Creación", "La zamba del grano de trigo". "No hay mayor amor" pasó a integrar La Pasión. Después llegaron "Pajarito de rastrojo", "Llaga", "Tú", "La resurrección".
Muchos temas están grabados por mí cuando fui a España antes del 70.

LP - Pero escribió obras integrales dedicadas a temas cristianos y a nuestro país.
A.M. - La "Misa Criolla" se gestó en los 60 y en 1964 le llevé en un cuadernito la idea desarrollada de la obra a Ariel Ramírez, con ritmos de nuestro folklore y sobre un esquema litúrgico que fue la base de la que partió esta obra que hasta hoy sigue difundiéndose por todo el mundo. Después vinieron lo que llamo las "óperas cancheras" porque se representan en estadios de fútbol: "La Pasión según San Juan" se representó en Vélez en el 83 y en el 85, y "La Patriada", un trabajo sobre la identidad nacional, cuando era Secretario de Cultura de Florencio Varela. "El hálito" fue posterior, en realidad no se terminó. Una vez se adaptó en un Congreso de Catequistas en Posadas -Misiones- y se representó en un escenario impresionante que fue una puesta muy linda.

LP - Le dedicó tiempo a escribir. Los libros y la manera más directa de plantear ideas diferentes.
A.M. - Cuando salí de la iglesia terminé el libro "La historia de los católicos posconciliares en la Iglesia Argentina" con Norberto Argel y Arturo Almada que publicó Galerna. Escribí el cuento "Para que el sol no se apague" y con eso se hizo una película, hice el guión y la película se llamó "Las travesuras de Cepillo" que se vio por televisión varias veces. Y mi primer trabajo formal después de ponerme a escribir el libro y terminarlo fue en la Federación Gráfica Bonaerense en la parte de prensa y cultura, siempre en el área de cultura, en la época de la CGT de los argentinos con Ongaro.

LP - Participó con la actividad cultural en el ámbito gubernamental.
A.M. - Estuve unos meses en La Plata en la Dirección de Educación y Cultura en el año 73. Después en Florencio Varela con el advenimiento de la democracia durante 13 años hasta hace un tiempo. Entre 1973 a 1975 fui ayudante de la cátedra de Historia Nacional y Popular en las facultades de Filosofía y Letras y en la de Ciencias Económicas de la UBA.

LP - Y un día decide dejar el sacerdocio.
A.M. - Decidí dejar el sacerdocio. Y en realidad me obligaron a optar. Yo en ese momento dije: quiero al sacerdocio y la quiero a Beatriz. No optaba, es lo que sentía, no me hubiera ido si no me obligaban a optar.

LP - De ahí en más comenzó a crecer la historia familiar.
A.M. - Dejé los hábitos en marzo de 1969 cuando me casé con Beatriz que estudiaba periodismo y algo de sociología. Tuvimos cuatro hijos: María Lorena, Ramiro, Marías y Emanuel.

LP - ¿Ese ámbito fue propicio para presentar en sociedad un proyecto con objetivos de vida?
A.M. - Nos presentamos con los hijos en algunos lugares. Ellos siempre estuvieron ligados al arte. Nuestra casa que es de varios pisos fue una especie de caja de resonancia de distintos instrumentos: abajo sonaba el piano, en el medio sonaba la batería y la guitarra, las voces.

LP - La obra musical tuvo tanta trascendencia que el Papa también la conoció.
A.M. - Cuando vino el Papa en el 82, trabajé con un grupo de gente e hicimos una puesta con los santos latinoamericanos y la Virgen de Guadalupe en un estadio. Con cada uno se hizo una semblanza y se explicaba ilustrando con grandes marionetas, los famosos cabezudos, y los temas fueron interpretados por Teresa Parodi, Abel Pintos, entre otros reconocidos intérpretes.

LP - Déjenos un mensaje musical aunque sea para leerlo.
A.M. - Imagínense la música entonces. (toma la guitarra y comienza.) "Todo era frío sin vida y tenebroso. cuando de pronto se oyó la voz de Dios. la luz rasgó con un trueno las tinieblas y el mundo entonces de la nada surgió. Nace el universo la tierra soleada, brisa de alborada, de la creación; espigas que ondulan, savia que se agita, seres que se invitan a alabar a Dios. Por eso hay que cantar aleluya. Al crear la vaca, Dios hizo la leche, hizo el dulce'e leche, todo lo hizo bien. crea el firmamento pone en él la luna, crea medialunas, todo lo hizo bien." (y por horas, seguimos cantando en la intimidad familiar de este hombre austero, comprometido y feliz).