martes, marzo 23, 2010

Un milonguero en Amsterdam

Esto es lo que hace Gustavito Toker desde 1993. Asomate.
Hace veinte años, como bandoneonista del grupo de Luis Borda y de León Gieco, entre otros, era el referente obligado cuando se hablaba de la renovación en su instrumento. Gustavo tenía una rara virtud: improvisaba con fluidez.
En el 1992 se fue a Europa, se radicó en Amsterdam, tocó en infinidad de festivales de jazz y encaró un proyecto de largo alcance al que llamó Toker y la milonga.
“Es increíble lo que hizo Piazzolla con el pie rítmico de la milonga campera, pero los ritmos rápidos de la milonga porteña o de la corralera, que era la de la provincia de Buenos Aires, prácticamente desaparecieron, como si fueran un tronco del que no hubo ramificaciones.”
“Desde hace años me dedico a transcribir la música de Astor. Especialmente los solos. Lo que está escrito en las partituras y lo que suena es muy distinto. El improvisaba mucho, no a la manera jazzística sino más bien variaciones bachianas, e incluso iba cambiando con el tiempo y hasta agregando secciones, como el puente en siete tiempos en ‘Verano porteño’, que en la primera versión no estaba y que jamás se incorporó a la partitura”.
“El fraseo de Piazzolla era perfecto”, reflexiona. “Siempre iba y venía, y llegaba a la nota que quería llegar con una precisión extraordinaria, tanto melódica como rítmica.”
Las composiciones del bandoneonista, además de milongas, transitan por el tango y el folklore.
“Investigar en la música y en la manera de tocar de Astor es fundamental porque él no dejó nada, no dejó discípulos ni enseñanzas; él nunca se puso a pensar en eso, siempre pensó que su música la tocaba él. Cuando murió, dejó un agujero. Esos vacíos sólo se pueden llenar yendo hacia la propia fuente. Porque, además, si bien es cierto que mientras estaba vivo nadie tocaba su música, después todos empezaron a hacerlo y, particularmente en Europa, hay mucho que no se sostiene, que está directamente mal tocado, que parece hecho a primera vista.”
Aquí junto a Luisito Borda en dos temas que grabó junto al quinteto: La sortija y El tero. Interesante laburo del bandoneón, en fraseos poco convencionales, a la vez que expresivos al mango.
Como dijo Satchmo, "y pensar que yo creía que la música argentina era solo tango .."



El pájaro nacional de la ROU