lunes, septiembre 14, 2009

Palabras del alma

Es un gran salto al vacío.
En medio de la caída, y cuando el golpe parecía inevitable (y mortal), la velocidad se redujo.
No produjo un gran estruendo (por cierto no). Si en cambio, una profunda conmoción interior: el del arribo a otro mundo. Entra Alfredo Zitarrosa engominado, con camisa y corbata, y recita:
- "La soledad son cuatro mundos: el de la mentira, el de la vergüenza, el del miedo y el de la soledad".
Me uno a él, y decimos a coro:
- ¡Quién pudiera amar después de roto!..."

Pero, sabés qué?, la soledad se pinta como un monstruo. Probablemente porque sea el encuentro consigo mismo. Algo así como vos frente a tu imagen en un espejo, y sentados a la misma mesa. Lógico, al principio es duro. Uno se observa, y percatase de las canas, las entradas. Que no es "tan" parecido a aquel que creía ser.

Ahora, si después de un rato, una vez transcurrido aquel "duro momento inicial", uno empieza a reconocerse en la imagen, seguramente ensayará una suerte de diálogo. Entonces el yo y su interior habrán entrado en contacto. Poco importa la duración del mismo, o las preguntas y respuestas que vayan surgiendo (si es que fluyen). El mero hecho de conectarse exterior e interior, dará sus frutos (amén).

Este diálogo permite la comprensión mutua. Corrijo: que el yo comprenda a su interior, porque este comprende la yo, aún cuando ambos no obren en concordancia. La conversación sincera (entre ambos), reduce las tensiones, ayuda a dibujar sonrisas en el rostro, y a comprender (en parte) nuestro obrar.

Además durante la caída (libre), que suele creerse mortal, afloran infinidad de manos y rostros, que superando barreras de tiempo y espacio, nos abraza, nos sostienen. Y hasta los hay de algunos que nos bendicen ..

Este entramado nos recuerda los fuertes lazos que nos unen a los seres queridos, y posibilitan la reconfiguración de nuestro ser, demostrando plasticidades y valores ignorados. Todo esto nos anima para seguir transitando por la vida, queriendo hacer el bien, reparando las heridas que causamos, y dibujando sonrisas en los rostros vecinos que se sientan a la mesa, porque ahora se arriman, y hasta las fotos conversan ..

1 comentario:

Anónimo dijo...

"un salto al vacío" ...en verdad cualquier salto provoca una sensación de riesgo...de vacío...pero la tierra es generosa y los porrazos a veces no son tan fuertes como uno imaginaba..
Y el vacío q se produce en el cuerpo es la posibilidad de volver al suelo diferente, tal vez no peor ni mejor...pero si otro, y el reconocerse otro despues de esa experiencia del salto, creo q es vivir.