"Que trata de lo que verá el que lo leyere, o lo oirá el que lo escuchare leer". Este es el epígrafe del capítulo LXVI del Segundo Quijote.
El capítulo XV es corto. En pocas líneas se narra el arreglo al que Sansón Carrasco estableció con el cura y el barbero para lograr que don Quijote cesara en sus locuras y volvera cuanto antes a la paz de su aldea y de su casa. El plan salió mal. Muy mal. El bachiller acaba de sufrir una enomre derrota ante el caballero, le duel todo el cuerpo, y jura que se vengará. Lo curioso del caso, es que Cervantes haya preferido separar, y escribir en un capítulo corto aquello que bien podría haber entrado en el anterior sin ningún esfuerzo. Se trata de una decisión significativa, porque los capítulos del Segundo Quijote son mas y mucho mas cortos que los del Primer Quijote. La razón de esa determinación estructural tiene que ver con lo que pueden oír aquello que lo escuchan leer, con la popularidad del primer libro, y con el escaso tiempo que puede mantener la atención un oyente iletrado. En cambio, la singular determinación de separar este capítulo, tiene que ver con la significación de lo separado y con el principio de aquel epígrafe, con aquello que veré el que lo leyere, es decir con los lectores que leen por su cuenta.
Los capítulos de Cervantes están ligados al futuro inmediato del texto, al tiempo que funcionan como entidades casi autónomas. Gran virtud. Y al acortarlos (en el Segundo Quijote), no pierden esta característica, sino que la reafirman aún mas permitiendo el seguimiento de la lectura en voz alta, todavía con mayor facilidad que en la primera parte. Pero este capítulo no posee la doble virtud: no esta lugado al futuro inmediato, y el texto no es autónomo. Nadie lo elegiría para leérselo en voz alta a otro u otros. Se trata de capítulo para letrados, únicamente para lectores solitarios (y allí nos encontraremos). Una verdadera rareza dentro de la obra.
Y con un dato relevante: Cervantes tenía al menos un esquema mínimo de la tercera salida, y enía diseñada la manera como iba a haber regresar por vez tercera a Don Quijote a su aldea. Dice al final Benengeneli refiriéndose al bachiller: "quedó imaginando su venganza, y la historia vuelve a hablar de él a su tiempo.," Ése el el dato relevante, el anticipo de la vuelta del caballero.
Pero sabemo poco más.
Puede que la importancia de ese aviso haya originado la necesidad de separar este brevísimo capítulo. Aunque intuyo que no, la justificacón ha de esta en la valoración de una pregunta que le hace el iletrado Tomé Cecial al bachiller poco antes que termine el capítulo:
"¿Cúal es mas loco, el que lo es por no poder menos, o el que lo es por su voluntad?"
Una pregunta profunda, que va hasta la raíz misma del texto, que habrá de repetirse en algún otro lugar, y que habla de la construcción del Segundo Quijote, tan lleno de personajes letrados repletos de ganas de hacerle creer al caballero que vive dentro de un libro. Y que está dirigida de manera directa hacia el corazón de cada uno de los lectores solitarios, y de paso nos interpela con tamaño interrogante. Por cierto no apto para locos, por eso excusome de compartir mi parecer ...
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