lunes, noviembre 30, 2009

La hoja voladora

José Pedroni
Derribarás un árbol, dos, tres, cuatro,
pero la hoja no.
Siempre hay una hoja que se salva
y vuela bajo el sol.
Encerrarás un ave, dos, tres, cuatro,
pero su canto no.
Hay dos cosas eternas como el aire:
la idea y el amor.
La hoja de la imprenta de Sarmiento
era igual que su voz.
Entraba por debajo de las puertas
como el grillo y el sol.
El tirano quería detenerla,
pero no pudo, no.
En su propio bolsillo la encontraba,
en el de su reloj.
Si la quemaba, se volvía llama.

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