Estaba en la sala de espera de la dentista para mi primera consulta. En la pared estaba colgado su diploma, con su nombre completo.
De repente, recordé una interesante, morocha, de ojos claros que tenía el mismo nombre, y estaba en mi clase del secundario, como un par de décadas ha.
¿Podría ser la misma dama, que me tenía loco?
Después de verla en el consultorio, instantáneamente descarté esos pensamientos. Era una señora gorda, canosa, y lucía muy añeja como para haber sido aquella compañera de clase.
Despúes que me revisó, le pregunté si había ido al Damaso Centeno.
- ¡¡¡Sí!!! ….. Sí!!!, – sonrió con orgullo y entonces le pregunté
- ¿Cuando te recibiste?
- En 1985. ¿Por qué me lo preguntas?
- ¡Vos estabas en mi clase!
Me miró detenidamente … y entonces ese mal recuerdo de la mina que había sido, me preguntó (turra e inocentonamente):
- ¿Y vos qué materia dabas?
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