La balada del álamo Carolina

Venía en el bondy al laburo, y me desayuné con Faroldo.
Saqué un librito de la biblioteca que tiene varios cuentos, son de un formato fenomenal, ideal pa' llevar en los bolsillos. Lo editó Página 12. Arranqué con el tomo I de La balada, y el tipo te nockea de entrada. Digo, porque elige arrancar así:

Ciruelo de mi puerta,
si no volviese yo,
la primavera siempre
renacerá. Vos, florecé - Anónimo japonés.

Luego regresamos de Oriente a Occidente, mas precisamente a la Pampa Húmeda:
"Uno piensa que los días de un árbol son todos iguales. Sobre todo si es un árbol viejo. No. Un día de árbol es un día del mundo.
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Y dentro de esa luz está él, el viejo álamo, todo recuerdo. De alguna manera ya estaba así hace doce veranos cuando asomó sobre la tierra y crecer no fue nada mas que como pensarse. Sólo que ahora recuerda todo eso, se piensa para atrás, y no nace otro árbol. En eso consiste la vejez. Verde memoria.
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Por la tarde, cuando el sol declina y se mete entre las ramas el álamo se enciende como una lámpara verde, y entonces llegan los pájaros que se remueven bulliciosamente entre las hojas buscando donde pasar la noche y es el momento en que el viejo álamo carolina recuerda.
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Un árbol en verano es casi un pájaro. Se recubre de crocantes plumas que agita como el viento y sube, con sólo desearlo, desde el fondo de la tierra hasta la punta más alta, salta de una rama a otra todo pajarito, ave de madera en su verde jaula de fronda".

Esta forma de sentir, emociona. Te llega hasta el tuétano. Si hasta pensé que nuestras chacras patagónicas, meintras transitaba la ruta 7 durante la lectura, eran bonaerenses, muy cercanas al Chacabuco de Conti ..
Recién allí comprendí por-qué diablos había comprado libros de él, que estaban esperando por su lectura.
Pero como en la vida, todo tiene su tiempo, simplemente es cuestión de saber esperar.
Como los árboles ..

Comparto testimonio de Marta Scavac, compañera de ruta de Haroldo