El 23 de agosto (1939) von Ribbentrop y Molotov, sellaban el pacto de hierro. Alemania y la Unión Soviética se aprestaban para una nueva contienda que devendría en la (fatal) Segunda Guerra mundial.
Pocas naciones la vislumbraron ..
Pero el primero de septiembre, los alemanes mostraron la hilacha de sus reales intenciones. Con el pretexto de recobrar Danzig, en menos de cuatro semanas tomaban Varsovia.
El 17, los rusos invadían Polonia desde el este. Occidente se despabilaba: Europa afrontaba otra guerra.
Como en el s. XVIII pero sin el imperio austríaco, Moscú y Berlín se repartieron una Polonia que, con altibajos, los separaba desde el siglo XIII. La "blitzkrieg" (guerra relámpago) alemana anticipó la de 1940 sobre Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca y Luxemburgo. Polonia fue destrozada por ataques aéreos y su flota fue deshecha en Gdynia.
Hay un detalle poco citado: la relativa paridad de ejércitos entre Alemania (1.500.000 efectivos) y Polonia (un millón), aunque no con la URSS (apenas 650.000 hombres).
Pero, la estrategia bélica germana se apoyaba en tanques (2.700), artillería (9.000 piezas) y aviones (2.000).
Los polacos disponían sólo de 500, 2.600 y 400 en igual orden. No hubieran podido resistir, máxime cuando los soviéticos pusieron en juego 4.700 tanques, 4.000 piezas de artillería y 3.000 aviones.
Tecnológicamente, el liderazgo alemán era imbatible.
Este martes se recuerdan los hechos de 1939 en Gdañsk/Danzig. Participarán de los actos los jefes de estado o gobierno de Polonia, Alemania, Rusia, los países escandinavos y otros.
El caso británico es emblemático: en 1937 el entonces primer ministro Neville Chamberlain –como el efímero Eduardo VIII, germanófilo- le entregó Austria y Checoslovaquia a Adolf Hitler.
Dos años más tarde, Londres y Paris les declaraban la guerra a Berlín y Moscú.
Otros dos años después, el 22 de junio de 1941, el führer invadió la URSS sin aviso previo.
En escaso tiempo, ésta se convirtió en aliada de Occidente y, para 1942, Stalingrado sería el camposanto pa' las aspiraciones continentales de Hitler.
Esteban Klísich retrata: "un campo blanco y una mancha que se mueve es un hombre bailando en la nieve". Esa habilidad propia de los rusos, fue la que diezmó a los teutones, sería el comienzo del fin, y la apertura de una hendija pa' terminar la contienda. A Dios gracias ..
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