En los primeros tiempos de Zitarrosa en Buenos Aires, se encontró algunas veces con Atahualpa Yupanqui, y tuvieron largas charlas.
Incluso Alfredo recibió un consejo práctico a propósito de sus letras sobre mujeres, como por ejemplo "Milonga para una niña" (aquella que decía: "Yo no puedo darte amor / ni vos podés darme olvido").
Así lo relata el poeta y amigo de Alfredo, Enrique Estrázulas, en la biografía de Guillermo Pellegrino:
"En una oportunidad en la que Alfredo Zitarrosa estaba conversando con Atahualpa Yupanqui en un bar frente al viejo Canal 7 de Buenos Aires, una parte de la charla derivó sobre cantores uruguayos. A Atahualpa no le gustaba casi ninguno y, en determinado momento, le dijo:
-Usted, Zitarrosa, es un buen cantor criollo, un hombre sincero, linda voz de cantor… buen cantor. Pero hay que dejarse de joder con eso de la niña, que si va, que si viene… ¡cójala y a la mierda con eso!