Esto es folklore, pero poderoso, y se sale del meloso estilo de ponchos y botas. Es una fusión de la hostia, donde Jorgito Cumbo y Manolo Juárez le ponen su impronta, y Lito Vitale, y el recordado Oscarzinho Cardozo Ocampo acompañan.
Mis respetos para Badía, un colega que hizo mucho por la música. Esta música fueron el símbolo de los ochenta tempranos que viví en el Teatro Santa María de los Buenos Aires, y de la musiquita que supo pasar Marcelo Pérez Cotten, otro locutor groso.
Si os animaos, dejad vuestros comentarios. Salú, y ¿pa' cuando la segunda?
2 comentarios:
Excelente, sin dudas. Me gustan mucho las buenas chacareras tradicionales, esas que hacían zapatear a los Abalos cuando ya no podían caminar. También estas modernas fusiones. Como tantas cosas en nuestro país, a veces se generan polémicas absurdas entre lo clásico y lo moderno. Tendemos a lo polar y nos perdemos muchas cosas en el camino. La música es vida y como tal, estable y cambiante en la adaptación que le permite seguir siendo.
Felicito la catarata de buena música que encontramos en esta bitácora y agradezco la oportunidad de silenciar otros sonidos, a veces ruidos, por un buen rato. JMB
Gracias Juano, la música me ayuda para aclarar (?) mi catarata (estable y cambiante).
Y de paso me encuentro con lectores descarriados, y cruzo algún saludito redentor/balsámico pa' con ellos.
Publicar un comentario