En 1962 moría Marilyn Monroe, esa diva que nos voló (nos vuela y nos seguirá volando) la cabeza a varios.
Instalada como ícono del glamour en una sociedad muy recatada, su foto sobre la rejilla de un subte, alzando sus faldas, hizo que la bilirrubina, la biaraza y otros efluvios tendiesen a infinito en varios machos cabríos.
En 1966, la emisora española Radio Requeté declara el boicot a los Beatles, después de que el cuarteto británico afirmara que su popularidad era mayor que la de Jesucristo.
Hoy miramos a la Monroe, y su provocación sigue siendo mucho mas intensa e interesante que las que vemos por TV.
Precisamente por insinuar.
Sobre los de Liverpool, poco puedo decir, polémicos, geniales. Marcaron todo el ritmo de una época. Por eso tenían (casi) todo permitido.
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