jueves, agosto 13, 2009

Piedritas y bloques de hielo

Creo que nos aguarda un destino de mamut siberiano, ese que apareció en un glaciar terciario, dentro de un bloque de hielo, alzando la trompa y a punto de dar un paso, congelado. Y con él, el tiempo, también congelado. Lo fijaron un miércoles de un abril jurásico de 2009.

Tal vez esté vivo, como en esas clínicas sofisticadas en las que si no hay medicamentos para tu gripe de hoy, te alquilan una heladera y ahí quedás, frío pero no muerto, aguardando por décadas, siglos, milenios, a que descubran la medicina que te corte la tos, y recién ahí es cuando te dan el alta.
La joda es cuando no hay medicamento que cure tu mal,  tu pena, o (peor aún), tu sentir no correspondido.
Ahí quedas como el mamut, con la trompa a medio alzar, y sorprendido por el interruptus.

Acá nos congelaron el tiempo. Nos procesan para mamut de iceberg (la pucha como tengo los dedos), que a lo único que aspiran hoy por hoy  (los dedos), es a contar lo que mas se quiere para los que mas se quiere.

Por eso te cuento cuentos, que es una forma de revivir, transformar la realidad, y reescribir la historia.
Quizá mediante su lectura, comprendas lo jodido que es estar aquí adentro.
Prisionero, como la cebolla: en capas, prisionero de si mismo.
Prisionero de la incomprensión en los mensajes que le paso al vecino, y el muy piscuí (me) los malinterpreta.
Y después andamos así entreverados, cruzados, por no poder hablar frente a frente.

Vos sabés que me gusta contar cosas, escribir, pero nada como ver la cara de los interlocutores, mirarlos luego de alguna frase para ver si llegó en vivo y en directo, o si en el medio, el mensaje fué interceptado por los bloques de hielo, y la comprensión se congela (again).
Y cuando la comprensión cesa, aquellos que tenemos un cuore poligriyo, sufrimos un parate al corazón, y no sabemos si quedarnos en este mundo o mandarnos a mudar.
Porque hay gente que puede vivir con la mentira, otros con la simulación, y otros que intentamos cambiar la realidad, despejar el sufrimiento. Pero en el diome tenemos que lidiar con tantas cosas (ante todo nosotros mismos), que a veces no nos entendemos, y el cortocircuito se extiende cuando este bolonki empieza a darse con la gente afín, esa que uno quiere/aprecia.
Y ahí los bloques de los témpanos, se estremecen, y parece que fueras a caer por la borda de este navío, con el riesgo de naufragar.

Y sabés que? Si,  náufrago en los sentimientos, solitario en el recorrido.
Dicen que en este siglo estaremos todos conectados, intercomunidados ..
Pero no se. Quizá tanta comunicación empeore la cosa.

Adoro la pluma y el papel, el deslizar la tinta, ver el trazo y repensar la escritura. Sentirla.
No me imagino como sería tanta interconexión galáctica, si en realidad necesito conectarme con mis seres queridos, y a veces no lo logro teniéndolos a escasos centímetros. Esta constelación comunicativa, nos subirá a todos a un mismo navío ande nos veamos las caras, o será un Titanic, que nos haga creer que la tecnología es invencible, y luego a mitad de camino, la zozobra será inevitable ..
 

Tatatarata - tatá.

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