Vuelo mucho con mis propias alas
muy alto por el cielo y también ando y mucho por la tierra
Me maravilla la capacidad de los hombres para el amor;
su coraje, su imaginacion
y así tambien la capacidad de algunos para sufrir con humildad su miseria
y hasta su locura y su muerte.
Pero me siento desolado ante el desborde del poder,
la extraviada soberbia y el horror,
la necedad y el desprecio que pretenden imponer.
Antes de irme, se me ocurre preguntar al cielo y la tierra
¿que hacer?
¿Que puedo hacer yo con mis pobres alas y mi bicicleta?
Todo está consumado,
pero algo habrá que hacer.
Algo se está haciendo ya.
Hay luces en el cielo y en la tierra,
y dire algo más casi con miedo:
Me parece oir la carcajada de Dios...
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