Me impulsa a garabatear estas líneas el asombro, proveniente del malestar desatado a partir de una causa noble. Noblísima.
Es el caso de Scholas Occurrentes, Organización Internacional de Derecho Pontificio aprobada y erigida por el Papa Francisco. Scholas vincula la tecnología con el arte y el deporte para fomentar la integración social y la cultura del encuentro por la paz. Está presente en 190 países a través de su red que integra a más de 430.000 escuelas y redes educativas en los 5 continentes. Su objetivo es construir la paz desde la educación.
Así de simple, así de noble.
Durante el último encuentro entre el Papa Francisco, y el Presidente Mauricio Macri, en febrero de 2016, el pontífice le pidió al presidente que ayudara a Scholas. Esto fue lo que hizo el Gobierno Argentino, manejandose con la representación local de la ONG, con José María del Corral y Enrique Palmeyro.
La cuestión es que a fines de mayo, el 30, se publicó en el Boletín Oficial, el decreto 711/16, mediante el cual se realizaba “un aporte financiero no reintegrable con cargo de rendición de cuentas por un monto de PESOS DIECISÉIS MILLONES SEISCIENTOS SESENTA Y SEIS MIL ($ 16.666.000), destinados a sufragar los gastos de personal, equipamiento e infraestructura de la sede central en nuestro País durante el presente año”.
El pasado fin de semana, se dio a conocer un documento donde Scholas suspende la donación del gobierno.
Lo que vino después es un sainete: Idas y vueltas.
Acusaciones de la prensa contra el Papa.
En internet, personajes erigidos en voceros, diciendo las irracionalidades que se pueden esperar desde facebook o el canarito tuitero, para luego ser atribuidos como voceros de Bergoglio.
Cruces surrealistas, análisis de pacotilla y cierto virus autoinmolador, que parece seguir vigente en el sur de nuestro continente. Inenarrable.
El análisis no es sencillo, pero mirando un poquitín mas la situación, el problema no radica en la relación entre ambos estados, sino en una solicitud de los representantes locales, al gobierno nacional.
La suspensión, demostró un fuerte desacuerdo entre los miembros locales de Scholas y el estilo de austeridad que propone Francisco.
Este es el mayor de los ruidos, o sea dentro de Scholas.
No hay conflicto alguno entre Macri y Francisco.
Pero el ruido mediático que trajo este suceso sirvió, porque la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede, analiza como se manejará la información para con el país de origen del pontífice en el futuro.
Porque la velocidad tiene este paradigma distinto.
Lo que no tiene explicación es la reacción dentro de los lectores argentinos, donde nos quedamos mas con los entretelones y con los rumores de dimes y diretes.
Pero eso es tarea para un sociólogo, o un profesional de la salud.
Como decía un gran presidente argentino: “un médico a mi derecha” ...
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