Mas allá de los resultados de las elecciones que tuvieron lugar ayer en Argentina, es notable el proceso de reafirmación de la democracia en esta región latinoamericana.
Porque a veces, el derecho del voto, se percibe como una carga. Pero ayer, los números mostraron un cambio en la intención de la sociedad. De hecho, ¡tendremos ballotage el próximo 22 de noviembre!, término que los galos comprenden cabalmente.
El ejercicio de haber votado dos veces en menos de 80 días, hizo que las autoridades de las mesas y los fiscales, se conocieran un poco mas. Cuestión que provocó un fenómeno de mejor entendimiento. Parece que estamos entendiendo como sociedad que pensar distinto, lejos de constituirnos en enemigos, es algo que nos comple(men)ta. Un paso pequeño para la lógica, pero enorme para esta sociedad, reconocer y valorar al otro. Más aún cuando piensa distinto.
El recuento de votos fue complejo, porque el corte de boletas en los votos fueron mayúsculos. Pese a este detalle dificultoso, o que exigía gran concentración para el recuento, luego de 10 horas de comicios, se superó con éxito.
Notable concurrencia de personas que están eximidas de votar por la edad, los mayores de 70 años. En nuestra mesa, fueron un ejemplo de civismo, de personas entusiasmadas por expresarse, cuestión que evidentemente contagia, aún cuando no sea un hecho tan noticiable, para el amarillismo de cierta prensa imperante.
Un lujo ver como pudimos interactuar las autoridades de mesa junto a los fiscales de los partidos. Porque el conteo no era sencillo, cada sufragio contenía nueve cuerpos en gran parte de la provincia del Chubut: cinco de autoridades nacionales y cuatro provinciales. Por ende, 200 votos, desencadenaban 1800 registros (uno por cada categoría). En este punto, vemos como las matemáticas en general, y el álgebra en particular, siguen omnivigentes, pese a su mala prensa.
Mas, el clima de encuentro, al que nos anima el buen Francisco permanentemente, logró que en algunos casos mas tarde que en otros, aparecieran los votos oficiales, e internet mediante, la información fluyera.
No todo está dicho, falta ahora el resultado de las máximas autoridades, y unos y otros tienen posibilidades.
Cuestión a resolver en el breve lapso de 28 días.
La fecha del ballotage será el 22/11. Una mirada matemática, nos hace ver que 22 = 11 * 2. Coincidimos entonces con el conjunto oriental Rumbos, que dice/canta “A redoblar”.
¡Campana de largada!
Bitácora devenida Golfista, temporal y afortunadamente. La sabiduría es ante todo conocimiento de si - proverbio chino.
lunes, octubre 26, 2015
viernes, octubre 23, 2015
Novela romana
Compartimos inteligente conversación entre Marcelo Longobardi y Sergio Rubín. Este último da pistas para interpretar intríngulis en la prensa mundial, con temas que involucran al Papa, y desvian la atención acerca del Sínodo que está concluyendo. Attenti.
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jueves, octubre 15, 2015
Un 15 de octubre
1582 Muere Santa Teresa de Jesús.
1775 Nace Alberto Lista, polígrafo español.
1783 Primera ascensión humana en los globos Montgolfier.
1794 Nace José María Plá, político uruguayo.
1815 Napoleón llega a la isla de Santa Elena, su destino final.
1844 Nace Friedrich Nietzche.
1901 Nace Enriquito Jardiel Poncela, autor humorista costumbrista español.
1917 Uruguay aprueba nueva Constitución, la del 17.
1917 Muere Mata Hari (diosa!).
1923 Nace Italo Calvino.
1924 Nace Lee Iacocca.
1926 Nacen Michel Foucault (francés, filósofo e historiador de las ideas) y Agustín García Calvo (filólogo y pensador ibérico).
1930 George Benham, presidente del Club de Leones de Illinois, propuso para uso de los discapacitados visuales un bastón blanco con extremo inferior rojo, a fin de que se les otorgue prioridad de paso. La propuesta fue aceptada y en poco tiempo el uso de dicho bastón se hizo universal. A su vez Richard Hoover, oftalmólogo que trabajaba con los veteranos de guerra, observó que los ex soldados ciegos se desplazaban torpemente con bastones gruesos de madera. Investigó entonces su marcha, postura, equilibrio y ritmo y en 1946 llegó al diseño un bastón prototipo, que es utilizado hasta hoy. La celebración del Día Mundial del Bastón Blanco representa una contribución a la integración de las personas discapacitadas visuales.
1951 Nace Roscoe Tanner, tenista con potente saque estadounidense.
1957 Muere Henry van de Velde, arquitecto belga, modernista y racionalista.
1962 De la mezcla entre arquitecto y músico, surge el primogénito de Don Clodomiro Lettieri y Yole Berenice Aletti. Le darán por nombre Enyique Yafael. Un vero polemista. Una especie de Jardiel Poncela, un tipo que se hacía el desentendido con las naifas, pero decía una cosa, y hacía otra. Jamás le gustó aceptar una idea, aún cuando uno demostrara la tesis a través de irrefutables silogismos. Un vero sanmigueleano.
Este espíritu contestatario, fue acrecentado desde lecturas diversas y arte al alcance de la mano. Probablemente le hubiese encantado transitar la época franquista, pero transitaba el Buenos Aires setentista.
Quiso ser abogado, pero hubo de aburrirse. Talentoso para las artes plásticas, pero el espíritu renacentista hace que lo tilden de irredento. Hay que captarlo, cuestión no menor.
Aporto algo de lo que sonó allí en la Letti Cueva de Joe Andrew Melo's Pachecho, between Joe Evarist Uriburu and Junín. Reducto que iba desde la cuestión cabildista, hasta el antro bailable. Lugar histórico, hoy convertido en edificio con ammenities ..
Le auguramos un feliz ingreso a los 53 años, y lo abrazamos.
1964 Muere Cole Porter, compositor y letrista norteamericano (pispead aquí).
1995 Saddam Hussein es reelegido presidente en un referéndum.
2005 En otro referéndum, el pueblo iraquí ratifica la nueva constitución (parece que en Iraq cada 15 de octubre, la tortilla se da vuelta).
1775 Nace Alberto Lista, polígrafo español.
1783 Primera ascensión humana en los globos Montgolfier.
1794 Nace José María Plá, político uruguayo.
1815 Napoleón llega a la isla de Santa Elena, su destino final.
1844 Nace Friedrich Nietzche.
1901 Nace Enriquito Jardiel Poncela, autor humorista costumbrista español.
1917 Uruguay aprueba nueva Constitución, la del 17.
1917 Muere Mata Hari (diosa!).
1923 Nace Italo Calvino.
1924 Nace Lee Iacocca.
1926 Nacen Michel Foucault (francés, filósofo e historiador de las ideas) y Agustín García Calvo (filólogo y pensador ibérico).
1930 George Benham, presidente del Club de Leones de Illinois, propuso para uso de los discapacitados visuales un bastón blanco con extremo inferior rojo, a fin de que se les otorgue prioridad de paso. La propuesta fue aceptada y en poco tiempo el uso de dicho bastón se hizo universal. A su vez Richard Hoover, oftalmólogo que trabajaba con los veteranos de guerra, observó que los ex soldados ciegos se desplazaban torpemente con bastones gruesos de madera. Investigó entonces su marcha, postura, equilibrio y ritmo y en 1946 llegó al diseño un bastón prototipo, que es utilizado hasta hoy. La celebración del Día Mundial del Bastón Blanco representa una contribución a la integración de las personas discapacitadas visuales.
1951 Nace Roscoe Tanner, tenista con potente saque estadounidense.
1957 Muere Henry van de Velde, arquitecto belga, modernista y racionalista.
1962 De la mezcla entre arquitecto y músico, surge el primogénito de Don Clodomiro Lettieri y Yole Berenice Aletti. Le darán por nombre Enyique Yafael. Un vero polemista. Una especie de Jardiel Poncela, un tipo que se hacía el desentendido con las naifas, pero decía una cosa, y hacía otra. Jamás le gustó aceptar una idea, aún cuando uno demostrara la tesis a través de irrefutables silogismos. Un vero sanmigueleano.
Este espíritu contestatario, fue acrecentado desde lecturas diversas y arte al alcance de la mano. Probablemente le hubiese encantado transitar la época franquista, pero transitaba el Buenos Aires setentista.
Quiso ser abogado, pero hubo de aburrirse. Talentoso para las artes plásticas, pero el espíritu renacentista hace que lo tilden de irredento. Hay que captarlo, cuestión no menor.
Aporto algo de lo que sonó allí en la Letti Cueva de Joe Andrew Melo's Pachecho, between Joe Evarist Uriburu and Junín. Reducto que iba desde la cuestión cabildista, hasta el antro bailable. Lugar histórico, hoy convertido en edificio con ammenities ..
Le auguramos un feliz ingreso a los 53 años, y lo abrazamos.
1964 Muere Cole Porter, compositor y letrista norteamericano (pispead aquí).
1995 Saddam Hussein es reelegido presidente en un referéndum.
2005 En otro referéndum, el pueblo iraquí ratifica la nueva constitución (parece que en Iraq cada 15 de octubre, la tortilla se da vuelta).
viernes, octubre 09, 2015
Un Cuarteto que dialoga, se llevó el Nobel de la Paz 2015
El Premio Nobel de la Paz 2015, fue adjudicado este viernes 9 de octubre al Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino.
La decisión se fundamente en la colaboración de este organismo, por su invalorable aporte para la construcción de una democracia definitiva en aquel país, luego de la Revolución de los Jazmines de 2011.
El Cuarteto, dialoguista desde su raigambre, se formó a mediados de 2013, cuando el proceso de democratización tunecino corría serios riesgos de derrumbe, a causa de la preocupante situación social, y el inminente caos en ciernes.
Se estableció un proceso político alternativo, para permitir a Túnez, en lapso de pocos años, establecer un sistema constitucional de gobierno que velara por los derechos fundamentales de toda la población, independientemente de su sexo, convicciones políticas o creencias religiosas.
El Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, se compone de cuatro organizaciones claves de la sociedad civil tunecina: la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT, Unión General Tunecina del Trabajo), la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA, Unión Tunecina de la Industria, du Commerce et de l'Artisanat), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH, La Ligue Tunisienne pour la Défense des Droits de l'Homme), y la Orden de Abogados de Túnez (Orden Nacional de Abogados de Túnez).
Estas organizaciones representan a diferentes sectores y valores en la sociedad tunecina: la vida laboral y el bienestar, los principios del Estado de Derecho y los derechos humanos.
Sobre esta base, el Cuarteto ejerció su papel como mediador y fuerza motriz para impulsar el desarrollo pacífico y democrático en Túnez con gran autoridad moral.
El Premio Nobel de la Paz 2015 se otorgó a este cuarteto, no a las cuatro organizaciones individuales como tales.
La primavera árabe se originó en Túnez en 2010-2011, pero se extendió rápidamente a varios países del norte de África y Oriente Medio. En muchos de estos países, la lucha por la democracia y los derechos fundamentales ha llegado a un punto muerto, o hizo marcha reversa ..
Túnez, sin embargo, ha sido testigo de una transición democrática basada en una sociedad civil vibrante, exigiendo el debido respeto a los derechos humanos básicos.
Un factor esencial para la culminación de la revolución en Túnez en paz, y llegar a elecciones democráticas el pasado otoño, fue el esfuerzo realizado por el Cuarteto para apoyar el trabajo de la Asamblea Constituyente, para asegurar la aprobación del proceso constitucional entre la población tunecina en general.
El Cuarteto allanó el camino para un diálogo pacífico entre los ciudadanos, los partidos políticos y las autoridades y ayudó a encontrar soluciones consensuadas a una amplia gama de desafíos a través de las divisiones políticas y religiosas.
El diálogo nacional amplio que el Cuarteto logró establecer, se opone a la extensión de la violencia en Túnez y su función es, por tanto, comparable a la de los congresos de la paz a la que el mentor del premio, Alfred Nobel, alude en su testamento.
El curso que los acontecimientos tomaron en Túnez desde la caída del régimen autoritario de Ben Ali en enero de 2011, es notable por varias razones.
En primer lugar, demuestra que islamistas y movimientos políticos seculares pueden trabajar juntos para lograr resultados significativos en pos de los intereses del país.
El ejemplo de Túnez, pone de relieve el valor del diálogo y el sentido de pertenencia nacional en una región marcada por el conflicto.
En segundo lugar, la transición en Túnez, muestra que las instituciones de la sociedad civil y las organizaciones pueden desempeñar un papel crucial en la democratización de un país, y que un proceso de este tipo, incluso en circunstancias difíciles, puede conducir a la celebración de elecciones libres y la transferencia pacífica del poder.
El Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, tiene gran parte del crédito por este logro y para asegurar que los beneficios de la Revolución de los Jazmines, no se hayan perdido. Pese a esto, Túnez aún enfrenta importantes retos políticos, económicos y de seguridad.
El Comité del Nobel noruego, desea que el premio de este año contribuya a fortalecer la democracia en Túnez, y sea fuente de inspiración para todos los que tratan de promover la paz y la democracia en el mundo.
Mais que nada, el premio pretende ser un estímulo para el pueblo tunecino, que superando grandes dificultades, ha sentado las bases para una fraternidad nacional.
Un premio colectivo, y un ejemplo digno de imitar. Enhorabuena!
La decisión se fundamente en la colaboración de este organismo, por su invalorable aporte para la construcción de una democracia definitiva en aquel país, luego de la Revolución de los Jazmines de 2011.
El Cuarteto, dialoguista desde su raigambre, se formó a mediados de 2013, cuando el proceso de democratización tunecino corría serios riesgos de derrumbe, a causa de la preocupante situación social, y el inminente caos en ciernes.
Se estableció un proceso político alternativo, para permitir a Túnez, en lapso de pocos años, establecer un sistema constitucional de gobierno que velara por los derechos fundamentales de toda la población, independientemente de su sexo, convicciones políticas o creencias religiosas.
El Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, se compone de cuatro organizaciones claves de la sociedad civil tunecina: la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT, Unión General Tunecina del Trabajo), la Confederación Tunecina de Industria, Comercio y Artesanía (UTICA, Unión Tunecina de la Industria, du Commerce et de l'Artisanat), la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH, La Ligue Tunisienne pour la Défense des Droits de l'Homme), y la Orden de Abogados de Túnez (Orden Nacional de Abogados de Túnez).
Estas organizaciones representan a diferentes sectores y valores en la sociedad tunecina: la vida laboral y el bienestar, los principios del Estado de Derecho y los derechos humanos.
Sobre esta base, el Cuarteto ejerció su papel como mediador y fuerza motriz para impulsar el desarrollo pacífico y democrático en Túnez con gran autoridad moral.
El Premio Nobel de la Paz 2015 se otorgó a este cuarteto, no a las cuatro organizaciones individuales como tales.
La primavera árabe se originó en Túnez en 2010-2011, pero se extendió rápidamente a varios países del norte de África y Oriente Medio. En muchos de estos países, la lucha por la democracia y los derechos fundamentales ha llegado a un punto muerto, o hizo marcha reversa ..
Túnez, sin embargo, ha sido testigo de una transición democrática basada en una sociedad civil vibrante, exigiendo el debido respeto a los derechos humanos básicos.
Un factor esencial para la culminación de la revolución en Túnez en paz, y llegar a elecciones democráticas el pasado otoño, fue el esfuerzo realizado por el Cuarteto para apoyar el trabajo de la Asamblea Constituyente, para asegurar la aprobación del proceso constitucional entre la población tunecina en general.
El Cuarteto allanó el camino para un diálogo pacífico entre los ciudadanos, los partidos políticos y las autoridades y ayudó a encontrar soluciones consensuadas a una amplia gama de desafíos a través de las divisiones políticas y religiosas.
El diálogo nacional amplio que el Cuarteto logró establecer, se opone a la extensión de la violencia en Túnez y su función es, por tanto, comparable a la de los congresos de la paz a la que el mentor del premio, Alfred Nobel, alude en su testamento.
El curso que los acontecimientos tomaron en Túnez desde la caída del régimen autoritario de Ben Ali en enero de 2011, es notable por varias razones.
En primer lugar, demuestra que islamistas y movimientos políticos seculares pueden trabajar juntos para lograr resultados significativos en pos de los intereses del país.
El ejemplo de Túnez, pone de relieve el valor del diálogo y el sentido de pertenencia nacional en una región marcada por el conflicto.
En segundo lugar, la transición en Túnez, muestra que las instituciones de la sociedad civil y las organizaciones pueden desempeñar un papel crucial en la democratización de un país, y que un proceso de este tipo, incluso en circunstancias difíciles, puede conducir a la celebración de elecciones libres y la transferencia pacífica del poder.
El Cuarteto del Diálogo Nacional Tunecino, tiene gran parte del crédito por este logro y para asegurar que los beneficios de la Revolución de los Jazmines, no se hayan perdido. Pese a esto, Túnez aún enfrenta importantes retos políticos, económicos y de seguridad.
El Comité del Nobel noruego, desea que el premio de este año contribuya a fortalecer la democracia en Túnez, y sea fuente de inspiración para todos los que tratan de promover la paz y la democracia en el mundo.
Mais que nada, el premio pretende ser un estímulo para el pueblo tunecino, que superando grandes dificultades, ha sentado las bases para una fraternidad nacional.
Un premio colectivo, y un ejemplo digno de imitar. Enhorabuena!
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lunes, septiembre 21, 2015
Andar en otra
Compartimos interpelador artículo del jesuita Rafael Velasco, publicado el pasado 2 de septiembre en La Nación, bajo el título “Estamos todos en otra parte”. Este jesuita, nos acerca una interpeladora reflexión que nos ayuda a correr (parte d)el velo de nuestros misericordes óculos, y abrir los ojos a la realidad circundante no televisada.
__________________________________________________________________
"Ser es ser percibido", aseveraba en el siglo XVIII el filósofo irlandés George Berkeley. Su afirmación suponía que las cosas existen porque Dios las percibe. Hoy, lejos ya del Dios de Berkeley, podemos darle la razón a su aserto: ser es ser percibido. por los medios de comunicación.
La realidad comienza a existir cuando aparecen las cámaras de televisión. Eso es lo que nos recuerda constantemente la vida política. En nuestro país, no pocas veces los funcionarios actúan recién cuando los problemas aparecen en los medios. Se abocan a dar solución a algunas cuestiones sólo porque son tapa de diarios o aparecen, con su carga de urgencia, en la televisión.
Muchos grupos sociales saben a la perfección esto y por eso presionan hasta conseguir la presencia de los medios: los piquetes atraen a las cámaras, y detrás llegan los funcionarios. Las manifestaciones y los escraches tienen la misma finalidad. Todos sabemos que ante determinados problemas los responsables van a actuar sólo si hay presión mediática. En síntesis, esos problemas sólo "existen" si son percibidos por los medios.
Como ciudadanos acostumbramos a obrar igual: reaccionamos ante lo que nos ponen los medios en sus pantallas. Para una importante mayoría, los pobres existen si se da una polémica en los medios; luego son una realidad que preferimos no mirar a la cara y, por lo tanto, "dejan de existir". A pesar de eso, nos quejamos de que los dirigentes políticos no están donde debieran a menos que las cámaras los obliguen. Sin embargo, los ciudadanos actuamos en la misma lógica de acción y reacción.
Los ciudadanos reclamamos presencia a los políticos y atención a los problemas, pero nosotros mismos somos ciudadanos ausentes. Deliberadamente ausentes, además, de la participación política (y con las mejores excusas; la primera es que la política es algo "sucio" y por lo tanto nosotros, ciudadanos honorables, no podemos participar en ella).
Para peor, muchas veces vivimos ausentes de los lugares en los que se supone que estamos. Basta presenciar reuniones -incluso de amigos- en las que los participantes están más pendientes de sus celulares que de las personas allí congregadas. Vivimos pendientes de lo que pasa en otras partes y no de lo que les pasa a los que están allí con nosotros. Mediante nuestros celulares, dialogamos con los que están lejos, pero miramos poco a los ojos del que está cerca. Nos preocupamos por ser percibidos por los lejanos, pero no reconocemos la "existencia" -su vida, sus sentimientos, sus esperanzas- de los que tenemos cerca.
Así llegamos a la paradoja: cada vez más tendemos a estar sin estar, y les pedimos a los políticos profesionales que estén donde deben y hagan lo que les corresponde.
Algo no anda bien. No puede funcionar bien un sistema en el que todos estamos en otra parte.
Sacerdote jesuita, miembro del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS)
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"Ser es ser percibido", aseveraba en el siglo XVIII el filósofo irlandés George Berkeley. Su afirmación suponía que las cosas existen porque Dios las percibe. Hoy, lejos ya del Dios de Berkeley, podemos darle la razón a su aserto: ser es ser percibido. por los medios de comunicación.
La realidad comienza a existir cuando aparecen las cámaras de televisión. Eso es lo que nos recuerda constantemente la vida política. En nuestro país, no pocas veces los funcionarios actúan recién cuando los problemas aparecen en los medios. Se abocan a dar solución a algunas cuestiones sólo porque son tapa de diarios o aparecen, con su carga de urgencia, en la televisión.
Muchos grupos sociales saben a la perfección esto y por eso presionan hasta conseguir la presencia de los medios: los piquetes atraen a las cámaras, y detrás llegan los funcionarios. Las manifestaciones y los escraches tienen la misma finalidad. Todos sabemos que ante determinados problemas los responsables van a actuar sólo si hay presión mediática. En síntesis, esos problemas sólo "existen" si son percibidos por los medios.
Como ciudadanos acostumbramos a obrar igual: reaccionamos ante lo que nos ponen los medios en sus pantallas. Para una importante mayoría, los pobres existen si se da una polémica en los medios; luego son una realidad que preferimos no mirar a la cara y, por lo tanto, "dejan de existir". A pesar de eso, nos quejamos de que los dirigentes políticos no están donde debieran a menos que las cámaras los obliguen. Sin embargo, los ciudadanos actuamos en la misma lógica de acción y reacción.
Los ciudadanos reclamamos presencia a los políticos y atención a los problemas, pero nosotros mismos somos ciudadanos ausentes. Deliberadamente ausentes, además, de la participación política (y con las mejores excusas; la primera es que la política es algo "sucio" y por lo tanto nosotros, ciudadanos honorables, no podemos participar en ella).
Para peor, muchas veces vivimos ausentes de los lugares en los que se supone que estamos. Basta presenciar reuniones -incluso de amigos- en las que los participantes están más pendientes de sus celulares que de las personas allí congregadas. Vivimos pendientes de lo que pasa en otras partes y no de lo que les pasa a los que están allí con nosotros. Mediante nuestros celulares, dialogamos con los que están lejos, pero miramos poco a los ojos del que está cerca. Nos preocupamos por ser percibidos por los lejanos, pero no reconocemos la "existencia" -su vida, sus sentimientos, sus esperanzas- de los que tenemos cerca.
Así llegamos a la paradoja: cada vez más tendemos a estar sin estar, y les pedimos a los políticos profesionales que estén donde deben y hagan lo que les corresponde.
Algo no anda bien. No puede funcionar bien un sistema en el que todos estamos en otra parte.
Sacerdote jesuita, miembro del Centro de Investigación y Acción Social (CIAS)
viernes, septiembre 11, 2015
Maestros varios
El término maestro tiene mas de diez acepciones.
Desde un adjetivo que por su perfección se destaca entre las de su clase, pasando por la persona que compone música o dirige una orquesta, hasta el oficial de un oficio manual. También están las relacionadas con la formación: persona muy diestra, con profundos conocimientos en alguna materia, quien enseña un arte, ciencia u oficio, especialmente en el primer ciclo de la enseñanza.
Elijo aquella que reza: todo lo que enseña o alecciona.
Por ende, como no solo de pan vive el hombre, no solo en las aulas uno aprende.
Elijo aquellos maestros sin título, que contagian la polenta, energía y pasión con su ejemplo, con su coherencia, y con su constancia.
Son mis maestros, los mozos de los bares que adoro, esos que atienden en forma diligente, y optan por no hablarme de personas.
Los conductores radiales, que adoro sintonizar, porque me sanarán con su estilo, despojado de soberbia, y siempre alentando al radioescucha.
A los comerciantes, que abren su negocio puntualmente, tienen el negocio limpio, con productos que jamás están vencidos, y redondean a favor de su cliente.
A los alumnos que pese a sus notas bajas, siguen yendo con entusiasmo a clase.
A las personas que siguen una rutina, con amor, sin desfallecer, y no la dejan de hacer, porque saben que hay beneficiarios.
A los conductores que son gentiles, en todo momento, y respetan las normas de tránsito para que nos manejemos mejor, en la calle y en la vida.
A los músicos, esos que podemos poner cualquier disco de ellos, y sabremos que no saldremos defraudados, sino reinventados como mejores personas.
A las personas que no chapean sus títulos, y se mezclan entre la gente, para ver como pueden ayudar. Pienso en infinidad de personas, con formación o sin ella, pero que promueven el bien público y el emponderamiento de las sociedades.
A todos los que rezan silentemente por la humanidad, por sus conocidos y desconocidos, y lo hacen con la constancia de la fe.
A las personas que no profesan religión alguna, pero respetan profundamente las creencias de los demás.
A miles de maestros que tuve en la radio, en la TV, en internet, y jamás se enteraron cuánto aprendí, aprendo y aprenderé de ellos.
A todos aquellos que me ayudaron a crecer como persona en las aulas, primarias, secundarias, terciarias, universitarias.
A Domingo Faustino Sarmiento, por su cosmovisión y testarudez.
A Tim Berners Lee, por promover el trabajo colectivo.
A César Milstein, por su fatuo fueguito.
A Pedro Opeka, por su tenacidad para promover a los malgaches.
Por ellos y por muchos más, Adrián Iaies recrea un himno.
Grazie mille!
Desde un adjetivo que por su perfección se destaca entre las de su clase, pasando por la persona que compone música o dirige una orquesta, hasta el oficial de un oficio manual. También están las relacionadas con la formación: persona muy diestra, con profundos conocimientos en alguna materia, quien enseña un arte, ciencia u oficio, especialmente en el primer ciclo de la enseñanza.
Elijo aquella que reza: todo lo que enseña o alecciona.
Por ende, como no solo de pan vive el hombre, no solo en las aulas uno aprende.
Elijo aquellos maestros sin título, que contagian la polenta, energía y pasión con su ejemplo, con su coherencia, y con su constancia.
Son mis maestros, los mozos de los bares que adoro, esos que atienden en forma diligente, y optan por no hablarme de personas.
Los conductores radiales, que adoro sintonizar, porque me sanarán con su estilo, despojado de soberbia, y siempre alentando al radioescucha.
A los comerciantes, que abren su negocio puntualmente, tienen el negocio limpio, con productos que jamás están vencidos, y redondean a favor de su cliente.
A los alumnos que pese a sus notas bajas, siguen yendo con entusiasmo a clase.
A las personas que siguen una rutina, con amor, sin desfallecer, y no la dejan de hacer, porque saben que hay beneficiarios.
A los conductores que son gentiles, en todo momento, y respetan las normas de tránsito para que nos manejemos mejor, en la calle y en la vida.
A los músicos, esos que podemos poner cualquier disco de ellos, y sabremos que no saldremos defraudados, sino reinventados como mejores personas.
A las personas que no chapean sus títulos, y se mezclan entre la gente, para ver como pueden ayudar. Pienso en infinidad de personas, con formación o sin ella, pero que promueven el bien público y el emponderamiento de las sociedades.
A todos los que rezan silentemente por la humanidad, por sus conocidos y desconocidos, y lo hacen con la constancia de la fe.
A las personas que no profesan religión alguna, pero respetan profundamente las creencias de los demás.
A miles de maestros que tuve en la radio, en la TV, en internet, y jamás se enteraron cuánto aprendí, aprendo y aprenderé de ellos.
A todos aquellos que me ayudaron a crecer como persona en las aulas, primarias, secundarias, terciarias, universitarias.
A Domingo Faustino Sarmiento, por su cosmovisión y testarudez.
A Tim Berners Lee, por promover el trabajo colectivo.
A César Milstein, por su fatuo fueguito.
A Pedro Opeka, por su tenacidad para promover a los malgaches.
Por ellos y por muchos más, Adrián Iaies recrea un himno.
Grazie mille!
jueves, septiembre 10, 2015
Día del maestro: música ad hoc
La gentil Gabi Carel, nos convida con la zamba de Renata Laguna, hermana de Juanito.
Ideal para repensar en estos días de maestros y migrantes, pa' promover la fraternitas.
Ideal para repensar en estos días de maestros y migrantes, pa' promover la fraternitas.
Atleta de los pies a la cabeza
Abebe Bikila pasó a la historia el 10 del septiembre de 1960, en los Juegos Olímpicos de Roma. Aquél día, un etíope desconocido empezó la maratón descalzo. Hecho que no fue voluntario, sino porque tenía ampollas en los pies, y las zapatillas que le dieron para correr, no le resultaban cómodas.
El atleta se encargaría de darle un toque heroico al final de la prueba.
“Quería que el mundo supiera que mi país, Etiopía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo”, dijo.
El mundo quedó fascinado viendo a un atleta correr descalzo, al tiempo que pensaban que así no llegaría a ninguna parte. Pero el etíope tocó el cielo con las manos.
Bikila se destacó muy pronto sobre el empedrado romano y junto con el marroquí Rhadi Ben Abdesselam, gran favorito, llegaron parejos hasta los últimos 3 kilómetros. Cuando ambos pasaron junto al obelisco de Axum, expropiado a los etíopes, Abebe aceleró para llegar solo a la meta estableciendo un nuevo récord mundial de 2 hs., 15 min. Y 16 segs., ganando la medalla de oro. Bajo el arco de Constantino, el mismo desde el que Mussolini partió con su ejército a la conquista de Etiopía, Bikila redimió a los suyos, puso el mundo a sus pies, literalmente, y se coronó como el primer atleta negro africano en ganar una medalla olímpica.
Cuatro años más tarde, repitió la gesta en los Juegos de Tokio de 1964.
En esta ocasión, corrió con zapatillas y se convirtió en el primer atleta de la historia en revalidar el oro olímpico en maratón batiendo de nuevo el récord del mundo con 2 hs., 12 min. Y 11 segs.
Lo hizo a lo grande, corriendo prácticamente solo en la punta a lo largo de toda la prueba, para enloquecer al público nipón. Se convertía así, en el primer atleta en revalidar el título olímpico de maratón, algo que después de Abebe, sólo fue logrado por el alemán Waldemar Cierpinski (Montreal'76 - Moscú'80).
Bikila ya era todo un héroe en Japón, porque tres años antes se había impuesto en la maratón de Osaka. Más de un millón de personas presenciaron la gesta del etíope, que seis semanas antes había sido operado de apendicitis y que rebajó su propio récord del mundo y llegó tan entero a la meta que esperó a sus rivales haciendo ejercicios de estiramientos.
En los Juegos Olímpicos de México'68 Bikila, ya con 36 años no pudo hacer triplete por culpa de molestias en su rodilla y, sobre todo, porque padeció el mal de altura, que le obligó a retirarse en el kilómetro 17.
Antes de retirarse, animó a su compatriota Mamo Wolde que seguía en carrera:
"no puedo seguir corriendo porque estoy sin fuerzas. La responsabilidad de ganar una medalla de oro para Etiopía está en tu hombro".
Wolde recogió el guante, y terminó la carrera en primer lugar.
Aquella fua la última participación de Abebe.
En 1969 el atleta sufrió un grave accidente con el coche que el gobierno le había regalado por su victoria en Tokyo. El accidente le paralizó los miembros inferiores de su cuerpo, impidiéndole volver a correr...
Tras sufrir este accidente el atleta declaró "los hombres de éxito conocen la tragedia. Fue la voluntad de Dios que ganase en los Juegos Olímpicos, y fue la voluntad de Dios que tuviera mi accidente. Acepto esas victorias y acepto esta tragedia. Tengo que aceptar ambas circunstancias como hechos de la vida y vivir feliz".
El atleta se encargaría de darle un toque heroico al final de la prueba.
“Quería que el mundo supiera que mi país, Etiopía, ha ganado siempre con determinación y heroísmo”, dijo.
El mundo quedó fascinado viendo a un atleta correr descalzo, al tiempo que pensaban que así no llegaría a ninguna parte. Pero el etíope tocó el cielo con las manos.
Bikila se destacó muy pronto sobre el empedrado romano y junto con el marroquí Rhadi Ben Abdesselam, gran favorito, llegaron parejos hasta los últimos 3 kilómetros. Cuando ambos pasaron junto al obelisco de Axum, expropiado a los etíopes, Abebe aceleró para llegar solo a la meta estableciendo un nuevo récord mundial de 2 hs., 15 min. Y 16 segs., ganando la medalla de oro. Bajo el arco de Constantino, el mismo desde el que Mussolini partió con su ejército a la conquista de Etiopía, Bikila redimió a los suyos, puso el mundo a sus pies, literalmente, y se coronó como el primer atleta negro africano en ganar una medalla olímpica.
Cuatro años más tarde, repitió la gesta en los Juegos de Tokio de 1964.
En esta ocasión, corrió con zapatillas y se convirtió en el primer atleta de la historia en revalidar el oro olímpico en maratón batiendo de nuevo el récord del mundo con 2 hs., 12 min. Y 11 segs.
Lo hizo a lo grande, corriendo prácticamente solo en la punta a lo largo de toda la prueba, para enloquecer al público nipón. Se convertía así, en el primer atleta en revalidar el título olímpico de maratón, algo que después de Abebe, sólo fue logrado por el alemán Waldemar Cierpinski (Montreal'76 - Moscú'80).
Bikila ya era todo un héroe en Japón, porque tres años antes se había impuesto en la maratón de Osaka. Más de un millón de personas presenciaron la gesta del etíope, que seis semanas antes había sido operado de apendicitis y que rebajó su propio récord del mundo y llegó tan entero a la meta que esperó a sus rivales haciendo ejercicios de estiramientos.
En los Juegos Olímpicos de México'68 Bikila, ya con 36 años no pudo hacer triplete por culpa de molestias en su rodilla y, sobre todo, porque padeció el mal de altura, que le obligó a retirarse en el kilómetro 17.
Antes de retirarse, animó a su compatriota Mamo Wolde que seguía en carrera:
"no puedo seguir corriendo porque estoy sin fuerzas. La responsabilidad de ganar una medalla de oro para Etiopía está en tu hombro".
Wolde recogió el guante, y terminó la carrera en primer lugar.
Aquella fua la última participación de Abebe.
En 1969 el atleta sufrió un grave accidente con el coche que el gobierno le había regalado por su victoria en Tokyo. El accidente le paralizó los miembros inferiores de su cuerpo, impidiéndole volver a correr...
Tras sufrir este accidente el atleta declaró "los hombres de éxito conocen la tragedia. Fue la voluntad de Dios que ganase en los Juegos Olímpicos, y fue la voluntad de Dios que tuviera mi accidente. Acepto esas victorias y acepto esta tragedia. Tengo que aceptar ambas circunstancias como hechos de la vida y vivir feliz".
Un maratonista todo terreno
El 10 de septiembre de 1960, en la maratón de los Juegos Olímpicos de Roma de 1960, el etíope Abebe Bikila ganaba una maratón histórica. No solo por recorrer los 42 kmts. en 2 hs. 15 minutos y 16 segundos, fijaos en el videillo, "cómo lo hizo".
Sin palabras ...
Así se coronó como el primer campeón olímpico negro africano.
Groso el Abebe!
Sin palabras ...
Así se coronó como el primer campeón olímpico negro africano.
Groso el Abebe!
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lunes, septiembre 07, 2015
Tarde en Punta Cuevas
Habitualmente la felicidad es esquiva, o al menos escurridiza. Digo, no solemos ser conscientes de esos momentos precisos e imborrables, a medida que los transitamos.
Afortunadamente, y merced a mi gran amor, mi genial Cristina, pude ir viviéndolos profundamente despacito, desde el pasado miércoles, hasta ayer domingo. Porque el festejo cumpleañero familiar tuvo lugar en el camping de Punta Cuevas, por motivos que no se como se nos ocurrieron. Dimos con el lugar preciso, la gente justa y la pasamos joia, sin cuestiones rimbombantes.
El asado fue la excusa, pero no el centro. Simplemente juntarse en familia a pasarla bien. Dios nos iluminó, nos alimentó. También nos hizo reir, por cosas simples. El centro no fueron el morfi, ni el alcohol, sino algo mas complejo de captar, la trama de la vida. Ese milagro que pasa rapidito, y que uno solo contempla y disfruta, cuando logra bajar la velocidad del cuadro, algo que suele ejercitar mi compañero RadioViajero, el monje zen Fernando.







Gracias por urdir la trama de un festejo, tan simple como luminoso. Lukitas comentó que hasta el Indio (del monumento madrynenses cercano), miraba de reojo nuestra parrilla, y se salía de la vaina por arrimarse a la animada mesa. Casa cosa!
Afortunadamente, y merced a mi gran amor, mi genial Cristina, pude ir viviéndolos profundamente despacito, desde el pasado miércoles, hasta ayer domingo. Porque el festejo cumpleañero familiar tuvo lugar en el camping de Punta Cuevas, por motivos que no se como se nos ocurrieron. Dimos con el lugar preciso, la gente justa y la pasamos joia, sin cuestiones rimbombantes.
El asado fue la excusa, pero no el centro. Simplemente juntarse en familia a pasarla bien. Dios nos iluminó, nos alimentó. También nos hizo reir, por cosas simples. El centro no fueron el morfi, ni el alcohol, sino algo mas complejo de captar, la trama de la vida. Ese milagro que pasa rapidito, y que uno solo contempla y disfruta, cuando logra bajar la velocidad del cuadro, algo que suele ejercitar mi compañero RadioViajero, el monje zen Fernando.







Gracias por urdir la trama de un festejo, tan simple como luminoso. Lukitas comentó que hasta el Indio (del monumento madrynenses cercano), miraba de reojo nuestra parrilla, y se salía de la vaina por arrimarse a la animada mesa. Casa cosa!
domingo, agosto 23, 2015
Daniel Rabinovich, el adiós a un capocómico
El viernes 21 de agosto, tuvo lugar un oscurecimiento repentino durante la mañana criolla, cuando las radios empezaron a comunicar la partida de Daniel Rabinovich, integrante del polifácetico colectivo intitulado “Les Luthiers”.
Cuestión que nubló radios, televisiones, y güeb.
Súbitamente, varios medios, inundaron el éter, con parte de la maravillosa producción de un conjunto que difícilmente se irradie por los medios.
Intentar ensayar la partida de un vero artista en escuetas páginas, es una tarea ímproba. Daniel nos dejó a los 71 años, pero su aporte a Les Luthiers tiene marca registrada.
Supo ser el creativo para rematar situaciones, de un modo inesperado, tal como suele hacer el 10, dentro de un equipo futbolero. Cuestión que no es un don, sino fruto de una profunda comunión dentro del conjunto.
La hermana nación brasilera, supo reinventarse a fines de los 50' ya no desde la política, sino desde el arte, merced a la Bossa Nova, fruto del impulso de artistas, y un acierto marketinero desde grabadoras norteamericanas. La cosa prendió, como en ningún otro punto del orbe y hoy Brasil, es el país con mayor cantidad y calidad de músicos. Simultáneamente, en tierras criollas, esta novedad tuvo fuerte resistencia en los musical, debido al anclaje de ciertos estamentos.
Esto explicaría, en parte, porque Astor Pantaleón tuvo que remar tanto contra la corriente. Tampoco la tuvieron fácil artistas de la talla de Eduardo Lagos, Waldo de los Ríos o Miguel Saravia. Gente que durante los sesenta sembró infinidad de hectáreas de creatividad, a nivel musical.
Les Luthiers, no se colaron a la fama por el factor común que los unía que era la música, porque sus integrantes se conocieron en el coro de la Facultad de Ingeniería de la UBA, sino a través del humor. Terapia inefable, justa y necesaria, para sociedades harto rígidas, como la nostra.
Su nombre completo es/era Daniel Abraham Rabinovich Aratuz, su mote familiar era Neneco. Su verdadero apellido paterno era Halevy. Su bisabuelo, que llegó a la Argentina desde Besarabia (hoy Moldavia), no había hecho el servicio militar porque era rabino, por lo cual compró el documento de un muerto -de apellido Rabinovich- para poder salir de su país. Detalle que podría pasar inadvertido, pero nos deja vislumbrar un profundo conocimiento de las costumbres judías y criollas, a la hora de concebir chistes inteligentes, sin ofender, respetando costumbres y creencias para los inmigrantes. Riéndose siempre con, y nunca de. Ojalá se expandiera tan noble práctica ..
Vivió su infancia y juventud en el Palacio de los Patos, peculiar complejo porteño de viviendas ubicado en Ugarteche y Las Heras, en Buenos Aires.
En aquel “palacio” había varios folcloristas, que lo dejaban asistir a sus reuniones. Allí escuchó cantar a artistas famosos y aprendió a tocar la guitarra.
Su madre había estudiado piano, y su padre, tenía el hábito de cantar y silbar tangos. Desde los 7 hasta los 13 años estudió violín. Tomó clases con Ljerko Spiller, entre otros. A partir de los 14 años, se vinculará a la guitarra, queriendo emular a Ernesto Cabeza, guitarrista de Los Chalchaleros. La relación con el folklore sería eterna, repartiéndose con el jazz y con la música clásica. El rock, bien gracias.
A los dieciocho años, mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Buenos Aires, ingresó al coro de la facultad de Ingeniería, donde conoció a Gerardo Masana y a los demás futuros integrantes de Les Luthiers, .que verían la luz (como conjunto) en 1967, al fundar Les Luthiers, ¡nombre jugado por cierto!
En 1969 obtuvo el título de escribano público (notario), y lo colgó, literalmente.
En los comienzos del grupo cantaba y tocaba la guitarra y una parodia de violín, así fue ganando protagonismo actoral. Cuestión percibidad por la crítica de arte. Un cronista lo llegó a comparar con Peter Sellers. “Leí esa nota, pero creo que fue una exageración”, dice Rabinovich. “La transformación fue gradual. No tenía ninguna veta humorística previa. De a poco comencé a realizar algunas improvisaciones graciosas, y me salieron bien”.
Ya lo creemos, porque apenas pisaba el escenario Daniel, el público empezaba a reirse, aún cuando no hablara. Su gestualidad era evidente. El mismo se definía como uno de los mas limitados, afirmando que su participación en la escritura, o en la composición musical de Les Luthiers, era escasa.
Su papel, iba in crescendo para articular, darle forma al material, unir la argamasa y agregarle los retoques e improvisaciones.
En tal sentido, creo era adherente a la máxima del maestro Jorge Corneo, “no hay mejor improvisación que una buena preparación”. Y así eran los espectáculos de Les Luthiers, joyas donde el disfrute, era desde el momento en que uno juntaba la plata para comprar la entrada. Porque el público de Les Luthiers, tenía, tiene y tendrá una pasión común: disfrutar del buen humor, cultivar la sutileza e intentar ser mejores personas y sociedades mas alegres.
A título persona, arriesgo, que el rol de sus espectáculos, a lo largo de épocas conflictivas, fueron un sosten para dibujar sonrisas e incitarnos a pensar, desde la difícil realidad argenta, ya no desde temas de actualidad, sino desde libretos escritos con un humor atemporal, con comentarios interpeladores.
Como si esto fuera poco, su incursión por la TV y el cine, fueron escasas, pero memorables, debido al arduo compromiso laboral de Les Luthiers.
Personalmente, creo dio momentos inolvidables a la comedia de Ariel Winograd “Mi primera Boda”, donde descolla junto a Marquitos Mundstock, ejerciendo el rol de rabino, algo que (efectivamente) llevaba en su sangre.
Entendemos que Daniel Rabinovich culminó su misión en la Tierra, y dejó muy buenos frutos.
¡Gracias!
Cuestión que nubló radios, televisiones, y güeb.
Súbitamente, varios medios, inundaron el éter, con parte de la maravillosa producción de un conjunto que difícilmente se irradie por los medios.
Intentar ensayar la partida de un vero artista en escuetas páginas, es una tarea ímproba. Daniel nos dejó a los 71 años, pero su aporte a Les Luthiers tiene marca registrada.
Supo ser el creativo para rematar situaciones, de un modo inesperado, tal como suele hacer el 10, dentro de un equipo futbolero. Cuestión que no es un don, sino fruto de una profunda comunión dentro del conjunto.
La hermana nación brasilera, supo reinventarse a fines de los 50' ya no desde la política, sino desde el arte, merced a la Bossa Nova, fruto del impulso de artistas, y un acierto marketinero desde grabadoras norteamericanas. La cosa prendió, como en ningún otro punto del orbe y hoy Brasil, es el país con mayor cantidad y calidad de músicos. Simultáneamente, en tierras criollas, esta novedad tuvo fuerte resistencia en los musical, debido al anclaje de ciertos estamentos.
Esto explicaría, en parte, porque Astor Pantaleón tuvo que remar tanto contra la corriente. Tampoco la tuvieron fácil artistas de la talla de Eduardo Lagos, Waldo de los Ríos o Miguel Saravia. Gente que durante los sesenta sembró infinidad de hectáreas de creatividad, a nivel musical.
Les Luthiers, no se colaron a la fama por el factor común que los unía que era la música, porque sus integrantes se conocieron en el coro de la Facultad de Ingeniería de la UBA, sino a través del humor. Terapia inefable, justa y necesaria, para sociedades harto rígidas, como la nostra.
Su nombre completo es/era Daniel Abraham Rabinovich Aratuz, su mote familiar era Neneco. Su verdadero apellido paterno era Halevy. Su bisabuelo, que llegó a la Argentina desde Besarabia (hoy Moldavia), no había hecho el servicio militar porque era rabino, por lo cual compró el documento de un muerto -de apellido Rabinovich- para poder salir de su país. Detalle que podría pasar inadvertido, pero nos deja vislumbrar un profundo conocimiento de las costumbres judías y criollas, a la hora de concebir chistes inteligentes, sin ofender, respetando costumbres y creencias para los inmigrantes. Riéndose siempre con, y nunca de. Ojalá se expandiera tan noble práctica ..
Vivió su infancia y juventud en el Palacio de los Patos, peculiar complejo porteño de viviendas ubicado en Ugarteche y Las Heras, en Buenos Aires.
En aquel “palacio” había varios folcloristas, que lo dejaban asistir a sus reuniones. Allí escuchó cantar a artistas famosos y aprendió a tocar la guitarra.
Su madre había estudiado piano, y su padre, tenía el hábito de cantar y silbar tangos. Desde los 7 hasta los 13 años estudió violín. Tomó clases con Ljerko Spiller, entre otros. A partir de los 14 años, se vinculará a la guitarra, queriendo emular a Ernesto Cabeza, guitarrista de Los Chalchaleros. La relación con el folklore sería eterna, repartiéndose con el jazz y con la música clásica. El rock, bien gracias.
A los dieciocho años, mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Buenos Aires, ingresó al coro de la facultad de Ingeniería, donde conoció a Gerardo Masana y a los demás futuros integrantes de Les Luthiers, .que verían la luz (como conjunto) en 1967, al fundar Les Luthiers, ¡nombre jugado por cierto!
En 1969 obtuvo el título de escribano público (notario), y lo colgó, literalmente.
En los comienzos del grupo cantaba y tocaba la guitarra y una parodia de violín, así fue ganando protagonismo actoral. Cuestión percibidad por la crítica de arte. Un cronista lo llegó a comparar con Peter Sellers. “Leí esa nota, pero creo que fue una exageración”, dice Rabinovich. “La transformación fue gradual. No tenía ninguna veta humorística previa. De a poco comencé a realizar algunas improvisaciones graciosas, y me salieron bien”.
Ya lo creemos, porque apenas pisaba el escenario Daniel, el público empezaba a reirse, aún cuando no hablara. Su gestualidad era evidente. El mismo se definía como uno de los mas limitados, afirmando que su participación en la escritura, o en la composición musical de Les Luthiers, era escasa.
Su papel, iba in crescendo para articular, darle forma al material, unir la argamasa y agregarle los retoques e improvisaciones.
En tal sentido, creo era adherente a la máxima del maestro Jorge Corneo, “no hay mejor improvisación que una buena preparación”. Y así eran los espectáculos de Les Luthiers, joyas donde el disfrute, era desde el momento en que uno juntaba la plata para comprar la entrada. Porque el público de Les Luthiers, tenía, tiene y tendrá una pasión común: disfrutar del buen humor, cultivar la sutileza e intentar ser mejores personas y sociedades mas alegres.
A título persona, arriesgo, que el rol de sus espectáculos, a lo largo de épocas conflictivas, fueron un sosten para dibujar sonrisas e incitarnos a pensar, desde la difícil realidad argenta, ya no desde temas de actualidad, sino desde libretos escritos con un humor atemporal, con comentarios interpeladores.
Como si esto fuera poco, su incursión por la TV y el cine, fueron escasas, pero memorables, debido al arduo compromiso laboral de Les Luthiers.
Personalmente, creo dio momentos inolvidables a la comedia de Ariel Winograd “Mi primera Boda”, donde descolla junto a Marquitos Mundstock, ejerciendo el rol de rabino, algo que (efectivamente) llevaba en su sangre.
Entendemos que Daniel Rabinovich culminó su misión en la Tierra, y dejó muy buenos frutos.
¡Gracias!
jueves, agosto 20, 2015
Colum McCann
Este jueves, 20 de agosto de 2015, a partir de las 19:30, el bello reducto de la librería de Tito Yánover, la inconfundible Librería Norte, sita en la Avda. Gral. Juan Gualberto Gregorio de Las Heras 2225, entre el Gral. Miguel de Azcuénaga y el pasaje Cantilo, frente al gótico edificio (remozado) de la Facultad de Ingeniería de la UBA, el novelista irlandés Colum McCann, presentará su libro “Transatlántico”.
Colum nació en Dublín, allá por 1965.
Compartimos una autopincelada del escritor.
Leedla, y veréis que la invitación es (aún) mas apetecible
____________________________________________________________________
La memoria tiene un intenso efecto de retroceso.
Dublín a mediados de la década de 1970. Nueve años de edad.
Era un día de clases, pero mi padre me había llevado a su trabajo, a su periódico, el Evening Press.
Subimos la escalera hasta su pequeña oficina del tercer piso.
Era revisor y editor periodístico y literario.
En su oficina había más libros que empapelado.
Sobre el suelo, revistas y periódicos yacían abiertos, pero no muertos, como si conversaran entre sí.
Me senté en su glorios silla giratoria y di vueltas.
Mientras que el trabajó sobre algunos artículos, diagramó otros, marcó con lápiz rojo algunas frases. En fin, su rutina cotidiana.
Más tarde, fuimos a la biblioteca, al cuarto de revelado, y al bar del periódico.
Cuanto más nos internábamos dentro del edificio, tanto más audible era el zumbido de actividad.
Bajamos la escalera hasta la redacción. Allí me recibió un ruidoso diluvio: el parloteo de la televisión, teléfonos que sonaban a todo volumen, y las teclas de las máquinas de escribir.
Los cadetes corrían por toda la redacción.
Los editores gritaban en sus teléfonos.
Los fotógrafos se llamaban entre sí (a los gritos).
Los tubos neumáticos, ¡que antigüedad!, trasladaban texto a las oficinas de planta alta.
Los redactores calzaban grandes rollos de papel en sus Olympias y empezaban a tipear con dos o tres dedos.
En el aire flotaba la dura sensación de que cualquier cosa importante había ocurrido exactamente cinco minutos atrás.
Mi padre me guió bajo el destello de los tubos fluorescentes, ante el escritorio de artículos generales, el de noticias, el de deportes.
Vestía un traje gris, una camisa blanca, una corbata roja, con el extremo arrugado en el sitio en que solía mordérsela. Los mensajeros le llenaron las manos de sobres.
Sus colegas periodistas alzaban los ojos de sus escritorios, lo saludaban con una inclinación de cabeza, con un guiño, charlaban. Todos intercambiaban apretones de mano.
Hombres y mujeres sacudían mi pelo.
Al fondo de la redacción me alzó y me sentó sobre uno de los largos escritorios de madera.
-Ahora escúchame -me dijo. Hazte un favor...
-¿Sí...?
-¿Ves todo esto?
Yo balanceaba las piernas sobre un costado del escritorio. Él hizo una pausa por un momento.
-Escúchame. No seas periodista.
Se metió el extremo de la corbata en la boca y lo masticó. Incluso en ese momento, a esa edad, supe que era bueno en su trabajo, que en todas las oficinas lo querían y que traía a casa un buen salario.
Y me gustó la música del lugar, la máquina de télex, los dictáfonos, la campanita que marcaba el retorno de los carros de las máquinas de escribir, veinte o treinta sonando a la vez.
-¿Por qué, papá?
-Por nada -me dijo-, tan sólo trata de no ser periodista.
Me dio unas palmaditas en la cabeza y miró hacia otro lado.
Había otro ruido de fondo, el profundo zumbido de una máquina que venía de atrás de las oficinas. Mi padre me alzó para bajarme del escritorio, me tomó de la mano, me condujo fuera de la redacción, por una escalera, a través de una serie de puertas batientes de color rojo.
La sala de impresión tenía la longitud de varias canchas de fútbol.
Una especie de oscuridad en todas partes, el aire viscoso por la tinta.
Avanzamos por las pasarelas metálicas bajo compresores gigantes y ventiladores que giraban. Las cintas transportadoras rodaban sobre nuestras cabezas. Los pistones iban y venían. Enormes cilindros de metal giraban en el aire.
Abajo, en el nivel del suelo de la imprenta, las páginas se componían, las planchas de tipografía volvían atrás como algún extraño jeroglífico.
Mi padre se agachó para acercarse a mí y me gritó algo al oído, pero no alcancé a oír lo que me dijo. Era como si, al acercarse, estuviera muy lejos.
Parecía más pequeño ahora, en este lugar enorme. Le aferré la mano mientras caminábamos entre las rotativas. Un capataz estaba sentado en una jaula en el centro de la sala. Un delgado muchacho pasó junto a nosotros, por la pasarela, llevando una bandeja con tazas de té: no parecía mucho mayor que yo. Otros hombres pasaban a nuestro lado por las pasarelas, gritándose entre sí en medio del estrépito. Parecían oscuras sombras que desaparecían entre las máquinas.
De pronto advertí que estos hombres eran muy distintos a mi padre. Había en ellos cierta dureza. Cierta crudeza. Y se vestían de manera diferente. Todos tenían puestos overoles azules. Sus manos estaban oscurecidas por la tinta. Hablaban con un cerrado acento irlandés. Sus cuerpos ocupaban otra clase de espacio. Mi padre se movía suavemente entre ellos con su traje bien cortado. Nadie se reía ni bromeaba ni me alborotaba el pelo. Avanzamos por la pasarela metálica siguiendo la línea de producción de un periódico hasta la guillotina, donde los diarios eran apilados y atados y lanzados a los acoplados de los camiones.
Afuera, más bullicio. Motociclistas. Repartidores. Personal de seguridad.
Para un chico de nueve años, la novedad del día fue lo grande que se había hecho el mundo de repente, y lo diferente que podían ser los hombres, y cómo la gente parecía tener su propio rinconcito, y cada rincón era un mundo.
Miré a mi padre, de pie bajo el sol en la calle Poolbeg, y fue algo semejante a hacerme mayor, algo semejante a un alejamiento.
Crecí en los suburbios. Mi padre tenía un jardín de rosas. Lo adoraba: mil rosas tan estrechamente apiñadas que uno podía oler su fragancia desde la calle, a cincuenta metros de distancia. Cumplía su turno en el periódico y después volvía en auto a casa, se servía una copa de vino y salía por la puerta trasera a conversar con sus rosas. Era su momento de liberación: la necesidad de un trabajo que trascendiera las palabras. Más tarde se calzaba sus botas forradas en piel, su anorak Garden News, sus pantalones viejos y rasgados, y cavaba o cortaba el césped, o recortaba el seto, o arreglaba las ventanas del invernadero, o hacía la polinización cruzada de las semillas que había cultivado con tanto cuidado.
Trabajaba la tierra como si deseara que lo dejara agotado.
Dos veces por año hacía traer un enorme cargamento de estiércol de una granja vecina, para fertilizar las rosas. Lo dejaban caer, hediondo, en una pila en nuestro jardín delantero. Se lo olía en toda la calle. Nada le gustaba más que calzarse sus botas de jardinería y, con una horquilla, cargar una carretilla tras otra, dejando que el estiércol volara en el aire. Mis hermanos y hermanas procuraban evitar el día en que llegaba la mierda, para que no nos pidiera que lo ayudáramos.
Una vez encontramos un diminuto ternero muerto entre el estiércol, no más grande que una caja de zapatos. Mi padre lo arrojó lejos y reanudó alegremente su trabajo.
Recortaba los bordes de los canteros. Cultivaba rosales floribundos. Desarrolló flamantes variedades de rosas miniatura. Las etiquetaba y las cultivaba. Podaba los tallos. Desmalezaba. Mataba los pulgones aplastándolos entre sus dedos. Las noches de verano se quedaba afuera hasta que el cielo se oscurecía sobre él. Los fines de semana se pasaba el día entero en el jardín o nos llevaba a Dun Laoghaire a una exhibición de flores.
Tenía también otra pasión: el fútbol. Había sido futbolista profesional en Charlton Athletic cuando era muy joven, y aunque le dolía vernos jugar al fútbol en el jardín de Dublín, jamás nos lo impidió, nunca. Yo solía pegar con cinta adhesiva transparente las rosas cuando la pelota quebraba algún tallo. Una vez él cortó la rosa que habíamos quebrado y se la llevó a mi madre para que la pusiera en un florero, tras haberle quitado la cinta adhesiva con todo cuidado.
En realidad nunca entendí su pasión por la jardinería, pero mientras estaba entre sus rosas mi padre me parecía el primer hombre del mundo que había silbado.
Trece años más tarde, tuve la oportunidad de volver a ver a los impresores entregados a su tarea. Era en ese momento un periodista principiante, y aún suficientemente joven como para que me emocionara ver uno de mis artículos saliendo de las rotativas.
Salí de la redacción y me quedé de pie en la pasarela metálica.
En general trataba de evitar a mi padre en el trabajo: solamente por el simple hecho de que quería evitar cualquier rumor de nepotismo en el diario. Había conseguido el empleo de manera justa y merecida -incluso había ganado el premio del año al Periodista Joven- pero no quería escuchar los comentarios envidiosos. Y la admonición de mi padre no dejaba de resonar en mis oídos: No seas periodista. Y cuanto más grande me hacía, tanto más me daba cuenta de la importancia de mi padre en los círculos literarios de Dublín. Era famoso por ocuparse de los escritores jóvenes. Había creado una página especial exclusivamente para periodistas mujeres, algo bastante radical en esa época. Le pagaba bien a todo el mundo. Alentaba a la gente. Incluso había fundado, junto con David Marcus, la New Irish Writing Page, donde habían publicado a todo el mundo, desde Edna O´Brien hasta Ben Kiely, John McGahern y Neil Jordan.
Una tarde me encontraba en la sala de impresión y lo vi venir bajando la escalera hacia lo que se conocía como la piedra, donde se apilaban los periódicos. Avanzó a través de la entintada penumbra. Tenía un lápiz tras la oreja y una regla metálica en las manos. Parecía llevar puesto el mismo traje gris que vestía años atrás. Su corbata aún estaba húmeda en el sitio en que la mascaba. Para entonces, yo me había enamorado del lenguaje y no había ningún lugar mejor para las palabras que la sala de impresión: la caja del infierno, la caja del Diablo, la caja de la barra espaciadora. Las viudas, los huérfanos, los espacios compensados. Las galeras, los clichés, la guillotina. Recuerdo haber pensado: ahí está mi padre entre los hombres de piedra.
Sus páginas ya estaban compuestas y listas para imprimir. Él las releyó para corregir errores y el estilo. Era capaz de leer de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda. Los años de práctica lo habían vuelto experto en leer en cualquier sentido y dirección. Lo observé mientras terminaba su tarea, con cuidado y meticulosamente. Parecía apurado. Embutió unos papeles en su maletín marrón y se fue, a casa, sin duda directamente a sus rosales.
Cuando el turno de los impresores terminó, un grupo de ellos -linotipistas y correctores- salieron por la puerta de atrás a la calle Poolbeg. Yo fui tras ellos. No sé por qué quise seguirlos, lo hice por instinto. Había en mí una suerte de melancolía... en ese momento estaba pensando en marcharme de Irlanda, abandonar mi trabajo, irme a América, tal vez incluso irme lejos para intentar escribir una novela.
A poca distancia se encontraba Mulligan´s, un antiguo y bello pub instalado tras una fachada de doscientos años de antigüedad. Los impresores conocían muy bien el lugar. Entraron a través de la bruma de humo de cigarrillo y aserrín. Los impresores no me conocían... yo era tan sólo un rostro más en la multitud. Me senté cerca de ellos y escuché. Alguien pidió un "rozziner". "Sírvanos un "rozziner", por favor". La palabra fue repetida un par de veces, con su dura música dublinesa.
-¿Qué es un "rozziner"? -le pregunté a uno de los hombres.
-El primer trago del día -me dijo.
Me llevó años darme cuenta de que hablaban de la resina (en inglés, rosin ) que hay que pasar por el arco de un violín antes de tocar.
Si el juego es la sombra del trabajo, tal vez el trabajo sea la sombra del juego.
A principios de 2009, tras terminar una nueva novela, volví a Dublín desde mi hogar de Nueva York. El jardín de mi padre parecía en buena forma a los ojos de un amateur , pero para él estaba hecho un desastre. Simplemente, había demasiado trabajo que hacer. Muchos rosales habían sido arrancados y los canteros, cubiertos con grava. La tierra estaba ahogada por malezas. Los setos estaban estropeados. Él observaba todo desde la ventana de la cocina, con la cara larga porque ya no podía atender su jardín.
Hacía mucho tiempo que se había retirado del periódico. De hecho, el periódico mismo hacía mucho que se había retirado del mundo... todo el grupo Irish Press había quebrado en la década de 1990.
Salí al jardín y empecé a arrancar las malezas. Cuando un escritor termina una novela no hay nada mejor que el duro trabajo físico para curarlo del fracaso. La tarea me resultó refrescante. Mi padre permaneció en la ventana de la planta baja casi todo el tiempo, pero al final del primer día ya estaba afuera, de pie en el umbral. "Por dios, ¿puedes dejar de hacer eso?", me dijo, mirando las profundas cortaduras en mis manos, en mis brazos, en mi cuero cabelludo. Al día siguiente salió al jardín, apoyado en un andador azul bajo la llovizna, mientras yo andaba entre las rosas, lastimándome otra vez con las espinas. "Se ve mejor -dijo él- pero por Dios, no tienes que hacerlo, podemos contratar a alguien, tú tienes otras cosas que hacer, simplemente déjalo."
Al día siguiente, tenía una copa de vino en las manos. Al quinto día, cuando el jardín ya había empezado a parecer nuevo -y por lo tanto antiguo-, mi padre literalmente se puso en cuatro patas y empezó a desmalezar un cantero a mi lado.
La culpa del emigrante... desmalezar el jardín de tu padre.
Podría haberse convertido en parodia -por dios que el viejo sabía manejar una pala, igual que su propio viejo- pero había en ello algo profundo, el deseo de volver a casa, de impulsar el cuerpo en una dirección distinta a la de la mente, la necesidad de cansarme junto a él aunque fuera de una manera poco importante.
Un mes más tarde, de regreso en Nueva York, terminé sufriendo una osteomielitis, una infección ósea que me tuvo hospitalizado durante un par de semanas. Los médicos dijeron que posiblemente me la había pescado por una herida en las manos.
No importa. La vida nos reserva sus pequeñas y oscuras ironías.
En el hospital -volteado por la morfina- tuve la oportunidad de releer el Ulises . Volví a entrar en esas páginas. Uno recupera las palabras, su vieja piel. La novela me devolvió a Dublín, por supuesto, al Dublín de mi abuelo, al Dublín de mi padre, a mi propio Dublín, incluso a la calle Poolbeg, a los hombres entintados y la piedra, y a las voces que pedían un "rozziner". Marcaba pasajes de la novela y a la noche me quedaba dormido bajo el cosquilleo del suero antibiótico y a la mañana me despertaba con la novela abierta sobre el pecho.
Una tarde vino mi hijo y me preguntó por qué había escrito en los márgenes del libro. Mi hijo de seis años. Siempre hacen preguntas.
Colum nació en Dublín, allá por 1965.
Compartimos una autopincelada del escritor.
Leedla, y veréis que la invitación es (aún) mas apetecible
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La memoria tiene un intenso efecto de retroceso.
Dublín a mediados de la década de 1970. Nueve años de edad.
Era un día de clases, pero mi padre me había llevado a su trabajo, a su periódico, el Evening Press.
Subimos la escalera hasta su pequeña oficina del tercer piso.
Era revisor y editor periodístico y literario.
En su oficina había más libros que empapelado.
Sobre el suelo, revistas y periódicos yacían abiertos, pero no muertos, como si conversaran entre sí.
Me senté en su glorios silla giratoria y di vueltas.
Mientras que el trabajó sobre algunos artículos, diagramó otros, marcó con lápiz rojo algunas frases. En fin, su rutina cotidiana.
Más tarde, fuimos a la biblioteca, al cuarto de revelado, y al bar del periódico.
Cuanto más nos internábamos dentro del edificio, tanto más audible era el zumbido de actividad.
Bajamos la escalera hasta la redacción. Allí me recibió un ruidoso diluvio: el parloteo de la televisión, teléfonos que sonaban a todo volumen, y las teclas de las máquinas de escribir.
Los cadetes corrían por toda la redacción.
Los editores gritaban en sus teléfonos.
Los fotógrafos se llamaban entre sí (a los gritos).
Los tubos neumáticos, ¡que antigüedad!, trasladaban texto a las oficinas de planta alta.
Los redactores calzaban grandes rollos de papel en sus Olympias y empezaban a tipear con dos o tres dedos.
En el aire flotaba la dura sensación de que cualquier cosa importante había ocurrido exactamente cinco minutos atrás.
Mi padre me guió bajo el destello de los tubos fluorescentes, ante el escritorio de artículos generales, el de noticias, el de deportes.
Vestía un traje gris, una camisa blanca, una corbata roja, con el extremo arrugado en el sitio en que solía mordérsela. Los mensajeros le llenaron las manos de sobres.
Sus colegas periodistas alzaban los ojos de sus escritorios, lo saludaban con una inclinación de cabeza, con un guiño, charlaban. Todos intercambiaban apretones de mano.
Hombres y mujeres sacudían mi pelo.
Al fondo de la redacción me alzó y me sentó sobre uno de los largos escritorios de madera.
-Ahora escúchame -me dijo. Hazte un favor...
-¿Sí...?
-¿Ves todo esto?
Yo balanceaba las piernas sobre un costado del escritorio. Él hizo una pausa por un momento.
-Escúchame. No seas periodista.
Se metió el extremo de la corbata en la boca y lo masticó. Incluso en ese momento, a esa edad, supe que era bueno en su trabajo, que en todas las oficinas lo querían y que traía a casa un buen salario.
Y me gustó la música del lugar, la máquina de télex, los dictáfonos, la campanita que marcaba el retorno de los carros de las máquinas de escribir, veinte o treinta sonando a la vez.
-¿Por qué, papá?
-Por nada -me dijo-, tan sólo trata de no ser periodista.
Me dio unas palmaditas en la cabeza y miró hacia otro lado.
Había otro ruido de fondo, el profundo zumbido de una máquina que venía de atrás de las oficinas. Mi padre me alzó para bajarme del escritorio, me tomó de la mano, me condujo fuera de la redacción, por una escalera, a través de una serie de puertas batientes de color rojo.
La sala de impresión tenía la longitud de varias canchas de fútbol.
Una especie de oscuridad en todas partes, el aire viscoso por la tinta.
Avanzamos por las pasarelas metálicas bajo compresores gigantes y ventiladores que giraban. Las cintas transportadoras rodaban sobre nuestras cabezas. Los pistones iban y venían. Enormes cilindros de metal giraban en el aire.
Abajo, en el nivel del suelo de la imprenta, las páginas se componían, las planchas de tipografía volvían atrás como algún extraño jeroglífico.
Mi padre se agachó para acercarse a mí y me gritó algo al oído, pero no alcancé a oír lo que me dijo. Era como si, al acercarse, estuviera muy lejos.
Parecía más pequeño ahora, en este lugar enorme. Le aferré la mano mientras caminábamos entre las rotativas. Un capataz estaba sentado en una jaula en el centro de la sala. Un delgado muchacho pasó junto a nosotros, por la pasarela, llevando una bandeja con tazas de té: no parecía mucho mayor que yo. Otros hombres pasaban a nuestro lado por las pasarelas, gritándose entre sí en medio del estrépito. Parecían oscuras sombras que desaparecían entre las máquinas.
De pronto advertí que estos hombres eran muy distintos a mi padre. Había en ellos cierta dureza. Cierta crudeza. Y se vestían de manera diferente. Todos tenían puestos overoles azules. Sus manos estaban oscurecidas por la tinta. Hablaban con un cerrado acento irlandés. Sus cuerpos ocupaban otra clase de espacio. Mi padre se movía suavemente entre ellos con su traje bien cortado. Nadie se reía ni bromeaba ni me alborotaba el pelo. Avanzamos por la pasarela metálica siguiendo la línea de producción de un periódico hasta la guillotina, donde los diarios eran apilados y atados y lanzados a los acoplados de los camiones.
Afuera, más bullicio. Motociclistas. Repartidores. Personal de seguridad.
Para un chico de nueve años, la novedad del día fue lo grande que se había hecho el mundo de repente, y lo diferente que podían ser los hombres, y cómo la gente parecía tener su propio rinconcito, y cada rincón era un mundo.
Miré a mi padre, de pie bajo el sol en la calle Poolbeg, y fue algo semejante a hacerme mayor, algo semejante a un alejamiento.
Crecí en los suburbios. Mi padre tenía un jardín de rosas. Lo adoraba: mil rosas tan estrechamente apiñadas que uno podía oler su fragancia desde la calle, a cincuenta metros de distancia. Cumplía su turno en el periódico y después volvía en auto a casa, se servía una copa de vino y salía por la puerta trasera a conversar con sus rosas. Era su momento de liberación: la necesidad de un trabajo que trascendiera las palabras. Más tarde se calzaba sus botas forradas en piel, su anorak Garden News, sus pantalones viejos y rasgados, y cavaba o cortaba el césped, o recortaba el seto, o arreglaba las ventanas del invernadero, o hacía la polinización cruzada de las semillas que había cultivado con tanto cuidado.
Trabajaba la tierra como si deseara que lo dejara agotado.
Dos veces por año hacía traer un enorme cargamento de estiércol de una granja vecina, para fertilizar las rosas. Lo dejaban caer, hediondo, en una pila en nuestro jardín delantero. Se lo olía en toda la calle. Nada le gustaba más que calzarse sus botas de jardinería y, con una horquilla, cargar una carretilla tras otra, dejando que el estiércol volara en el aire. Mis hermanos y hermanas procuraban evitar el día en que llegaba la mierda, para que no nos pidiera que lo ayudáramos.
Una vez encontramos un diminuto ternero muerto entre el estiércol, no más grande que una caja de zapatos. Mi padre lo arrojó lejos y reanudó alegremente su trabajo.
Recortaba los bordes de los canteros. Cultivaba rosales floribundos. Desarrolló flamantes variedades de rosas miniatura. Las etiquetaba y las cultivaba. Podaba los tallos. Desmalezaba. Mataba los pulgones aplastándolos entre sus dedos. Las noches de verano se quedaba afuera hasta que el cielo se oscurecía sobre él. Los fines de semana se pasaba el día entero en el jardín o nos llevaba a Dun Laoghaire a una exhibición de flores.
Tenía también otra pasión: el fútbol. Había sido futbolista profesional en Charlton Athletic cuando era muy joven, y aunque le dolía vernos jugar al fútbol en el jardín de Dublín, jamás nos lo impidió, nunca. Yo solía pegar con cinta adhesiva transparente las rosas cuando la pelota quebraba algún tallo. Una vez él cortó la rosa que habíamos quebrado y se la llevó a mi madre para que la pusiera en un florero, tras haberle quitado la cinta adhesiva con todo cuidado.
En realidad nunca entendí su pasión por la jardinería, pero mientras estaba entre sus rosas mi padre me parecía el primer hombre del mundo que había silbado.
Trece años más tarde, tuve la oportunidad de volver a ver a los impresores entregados a su tarea. Era en ese momento un periodista principiante, y aún suficientemente joven como para que me emocionara ver uno de mis artículos saliendo de las rotativas.
Salí de la redacción y me quedé de pie en la pasarela metálica.
En general trataba de evitar a mi padre en el trabajo: solamente por el simple hecho de que quería evitar cualquier rumor de nepotismo en el diario. Había conseguido el empleo de manera justa y merecida -incluso había ganado el premio del año al Periodista Joven- pero no quería escuchar los comentarios envidiosos. Y la admonición de mi padre no dejaba de resonar en mis oídos: No seas periodista. Y cuanto más grande me hacía, tanto más me daba cuenta de la importancia de mi padre en los círculos literarios de Dublín. Era famoso por ocuparse de los escritores jóvenes. Había creado una página especial exclusivamente para periodistas mujeres, algo bastante radical en esa época. Le pagaba bien a todo el mundo. Alentaba a la gente. Incluso había fundado, junto con David Marcus, la New Irish Writing Page, donde habían publicado a todo el mundo, desde Edna O´Brien hasta Ben Kiely, John McGahern y Neil Jordan.
Una tarde me encontraba en la sala de impresión y lo vi venir bajando la escalera hacia lo que se conocía como la piedra, donde se apilaban los periódicos. Avanzó a través de la entintada penumbra. Tenía un lápiz tras la oreja y una regla metálica en las manos. Parecía llevar puesto el mismo traje gris que vestía años atrás. Su corbata aún estaba húmeda en el sitio en que la mascaba. Para entonces, yo me había enamorado del lenguaje y no había ningún lugar mejor para las palabras que la sala de impresión: la caja del infierno, la caja del Diablo, la caja de la barra espaciadora. Las viudas, los huérfanos, los espacios compensados. Las galeras, los clichés, la guillotina. Recuerdo haber pensado: ahí está mi padre entre los hombres de piedra.
Sus páginas ya estaban compuestas y listas para imprimir. Él las releyó para corregir errores y el estilo. Era capaz de leer de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda. Los años de práctica lo habían vuelto experto en leer en cualquier sentido y dirección. Lo observé mientras terminaba su tarea, con cuidado y meticulosamente. Parecía apurado. Embutió unos papeles en su maletín marrón y se fue, a casa, sin duda directamente a sus rosales.
Cuando el turno de los impresores terminó, un grupo de ellos -linotipistas y correctores- salieron por la puerta de atrás a la calle Poolbeg. Yo fui tras ellos. No sé por qué quise seguirlos, lo hice por instinto. Había en mí una suerte de melancolía... en ese momento estaba pensando en marcharme de Irlanda, abandonar mi trabajo, irme a América, tal vez incluso irme lejos para intentar escribir una novela.
A poca distancia se encontraba Mulligan´s, un antiguo y bello pub instalado tras una fachada de doscientos años de antigüedad. Los impresores conocían muy bien el lugar. Entraron a través de la bruma de humo de cigarrillo y aserrín. Los impresores no me conocían... yo era tan sólo un rostro más en la multitud. Me senté cerca de ellos y escuché. Alguien pidió un "rozziner". "Sírvanos un "rozziner", por favor". La palabra fue repetida un par de veces, con su dura música dublinesa.
-¿Qué es un "rozziner"? -le pregunté a uno de los hombres.
-El primer trago del día -me dijo.
Me llevó años darme cuenta de que hablaban de la resina (en inglés, rosin ) que hay que pasar por el arco de un violín antes de tocar.
Si el juego es la sombra del trabajo, tal vez el trabajo sea la sombra del juego.
A principios de 2009, tras terminar una nueva novela, volví a Dublín desde mi hogar de Nueva York. El jardín de mi padre parecía en buena forma a los ojos de un amateur , pero para él estaba hecho un desastre. Simplemente, había demasiado trabajo que hacer. Muchos rosales habían sido arrancados y los canteros, cubiertos con grava. La tierra estaba ahogada por malezas. Los setos estaban estropeados. Él observaba todo desde la ventana de la cocina, con la cara larga porque ya no podía atender su jardín.
Hacía mucho tiempo que se había retirado del periódico. De hecho, el periódico mismo hacía mucho que se había retirado del mundo... todo el grupo Irish Press había quebrado en la década de 1990.
Salí al jardín y empecé a arrancar las malezas. Cuando un escritor termina una novela no hay nada mejor que el duro trabajo físico para curarlo del fracaso. La tarea me resultó refrescante. Mi padre permaneció en la ventana de la planta baja casi todo el tiempo, pero al final del primer día ya estaba afuera, de pie en el umbral. "Por dios, ¿puedes dejar de hacer eso?", me dijo, mirando las profundas cortaduras en mis manos, en mis brazos, en mi cuero cabelludo. Al día siguiente salió al jardín, apoyado en un andador azul bajo la llovizna, mientras yo andaba entre las rosas, lastimándome otra vez con las espinas. "Se ve mejor -dijo él- pero por Dios, no tienes que hacerlo, podemos contratar a alguien, tú tienes otras cosas que hacer, simplemente déjalo."
Al día siguiente, tenía una copa de vino en las manos. Al quinto día, cuando el jardín ya había empezado a parecer nuevo -y por lo tanto antiguo-, mi padre literalmente se puso en cuatro patas y empezó a desmalezar un cantero a mi lado.
La culpa del emigrante... desmalezar el jardín de tu padre.
Podría haberse convertido en parodia -por dios que el viejo sabía manejar una pala, igual que su propio viejo- pero había en ello algo profundo, el deseo de volver a casa, de impulsar el cuerpo en una dirección distinta a la de la mente, la necesidad de cansarme junto a él aunque fuera de una manera poco importante.
Un mes más tarde, de regreso en Nueva York, terminé sufriendo una osteomielitis, una infección ósea que me tuvo hospitalizado durante un par de semanas. Los médicos dijeron que posiblemente me la había pescado por una herida en las manos.
No importa. La vida nos reserva sus pequeñas y oscuras ironías.
En el hospital -volteado por la morfina- tuve la oportunidad de releer el Ulises . Volví a entrar en esas páginas. Uno recupera las palabras, su vieja piel. La novela me devolvió a Dublín, por supuesto, al Dublín de mi abuelo, al Dublín de mi padre, a mi propio Dublín, incluso a la calle Poolbeg, a los hombres entintados y la piedra, y a las voces que pedían un "rozziner". Marcaba pasajes de la novela y a la noche me quedaba dormido bajo el cosquilleo del suero antibiótico y a la mañana me despertaba con la novela abierta sobre el pecho.
Una tarde vino mi hijo y me preguntó por qué había escrito en los márgenes del libro. Mi hijo de seis años. Siempre hacen preguntas.
martes, agosto 18, 2015
sábado, agosto 15, 2015
Viejas fotos
Nuestro amigo, el violero Tommy Emmanuel, informanos de su nuevo vinilo intitulado "Viejas fotos". Vale la pena, Tommy sigue con su estilo tan frontal y acústico. Recuerdame al estilo del buen Agustín Bursette. Comprobadlo.
miércoles, agosto 12, 2015
Músico de Alma
Pat Metheny nació en Kansas, el 12 de agosto 1954. Se crió en un ámbito netamente musical, cuestión que explica (parcialmente) su temprana irrupción en la música.
Fue a los 8 años, pero en la familia de los vientos, con una trompeta.
A los 12, se volcó a las cuerdas. A los 15 participaba de consumadas bandas jazzeras.
A los 21 años irrumpió en la escena internacional. Vendrían luego 3 años junto al vibrafonista Gary Burton. Por ese entonces, el estilo de Pat, rebautizaría el sonido de la guitarra en el jazz. Metheny no es encasillable, porque se adapta al jazz, al swing y al blues entre otros. Su primer vinilo, palabra antigua y adorable, fue Bright Size Life (1975).
Su versatilidad es “marca registrada”, esto le permitió actuar junto a artistas como Steve Reich, Ornette Coleman, Herbie Hancock, Jim Hall, Milton Nascimento, David Bowie, Gregoire Maret o Pedro Aznar. El corpus de su obra va desde composiciones para guitarra, pequeños conjuntos, instrumentos eléctricos, grandes orquestas, y piezas de ballet. Abarcando géneros que parten del jazz, rumbeando pal rock o hacia la música clásica.
Eso no es todo, también le gusta, y ejerce la docencia. A los 18 años, él era el profesor más joven en la Universidad de Miami. A los 19, se convirtió en el profesor más joven en el Berklee College of Music, donde también recibió un doctorado honorario de más de veinte años después (1996). Ha impartido talleres de música de todo el mundo, desde el Conservatorio Royal Dutch al Instituto Monje Thelonius de Jazz a las clínicas en Asia y América del Sur.
Cosechó 20 premios Grammy en 12 categorías diferentes, incluyendo Mejor Artista Rock Instrumental, Best Contemporary Jazz Grabación, Mejor Jazz Instrumental Solo, Mejor Composición Instrumental.
El Pat Metheny Group ganó un récord de siete premios Grammy consecutivos por siete álbumes consecutivos. Metheny ha pasado la mayor parte de su vida “girando”, con un promedio entre 120 a 240 espectáculos al año desde 1974. Gran parte de su obra, puede disfrutarse en su radio, sintonizable urbe et orbi: http://www.patmetheny.com/pmradio/
Como el mundo no para, Pat continúa. A Dios gracias ..
Fue a los 8 años, pero en la familia de los vientos, con una trompeta.
A los 12, se volcó a las cuerdas. A los 15 participaba de consumadas bandas jazzeras.
A los 21 años irrumpió en la escena internacional. Vendrían luego 3 años junto al vibrafonista Gary Burton. Por ese entonces, el estilo de Pat, rebautizaría el sonido de la guitarra en el jazz. Metheny no es encasillable, porque se adapta al jazz, al swing y al blues entre otros. Su primer vinilo, palabra antigua y adorable, fue Bright Size Life (1975).
Su versatilidad es “marca registrada”, esto le permitió actuar junto a artistas como Steve Reich, Ornette Coleman, Herbie Hancock, Jim Hall, Milton Nascimento, David Bowie, Gregoire Maret o Pedro Aznar. El corpus de su obra va desde composiciones para guitarra, pequeños conjuntos, instrumentos eléctricos, grandes orquestas, y piezas de ballet. Abarcando géneros que parten del jazz, rumbeando pal rock o hacia la música clásica.
Eso no es todo, también le gusta, y ejerce la docencia. A los 18 años, él era el profesor más joven en la Universidad de Miami. A los 19, se convirtió en el profesor más joven en el Berklee College of Music, donde también recibió un doctorado honorario de más de veinte años después (1996). Ha impartido talleres de música de todo el mundo, desde el Conservatorio Royal Dutch al Instituto Monje Thelonius de Jazz a las clínicas en Asia y América del Sur.
Cosechó 20 premios Grammy en 12 categorías diferentes, incluyendo Mejor Artista Rock Instrumental, Best Contemporary Jazz Grabación, Mejor Jazz Instrumental Solo, Mejor Composición Instrumental.
El Pat Metheny Group ganó un récord de siete premios Grammy consecutivos por siete álbumes consecutivos. Metheny ha pasado la mayor parte de su vida “girando”, con un promedio entre 120 a 240 espectáculos al año desde 1974. Gran parte de su obra, puede disfrutarse en su radio, sintonizable urbe et orbi: http://www.patmetheny.com/pmradio/
Como el mundo no para, Pat continúa. A Dios gracias ..
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Feliz cumple Pat Metheny
Hoy, miércoles 12 de agosto cumple años una persona que colabora a diario con la tarea de mejorar el mundo.
Lo hace desde su delicioso mundo musical, pleno de armonías, que nos permiten vivir con una felicidad mas plena e intensa.
Gracias Pat Metheny, por tanta vida en cuatro versos, por tantas escalas poco usuales, que se nos pegan y nos permiten asociarlas con imágenes sanadoras. Por no cesar en la producción de música y en acompañarte y hacernos conocer (y valorar) músicos inmensos como el versátil Pedro Aznar, el armoniquista Gregoire Maret, y tantos otros.
Su dupla junto a Lyle Mays, hace de ambos una especie de Lennon - Mc Cartney.
Feliz cumple y larga vida Pat!
Merci beaucoup. Vraiement - KikilloF - RadioViajero y soñador.
Lo hace desde su delicioso mundo musical, pleno de armonías, que nos permiten vivir con una felicidad mas plena e intensa.
Gracias Pat Metheny, por tanta vida en cuatro versos, por tantas escalas poco usuales, que se nos pegan y nos permiten asociarlas con imágenes sanadoras. Por no cesar en la producción de música y en acompañarte y hacernos conocer (y valorar) músicos inmensos como el versátil Pedro Aznar, el armoniquista Gregoire Maret, y tantos otros.
Su dupla junto a Lyle Mays, hace de ambos una especie de Lennon - Mc Cartney.
Feliz cumple y larga vida Pat!
Merci beaucoup. Vraiement - KikilloF - RadioViajero y soñador.
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martes, agosto 11, 2015
Jean Van de Velde: poeta y deportista
Revivimos la actitud de Jean Notre Ami Van de Velde, a 17 años de aquel momento.
Sepultado por la prensa, reconocido y valorado por un grupúsculo minoritario.
Para cierto sector de los cronistas, pasó a ser mala palabra. Mientras que para otros, amén de su estrategia poco convencional, fue un ejemplo de fairplay. Hoy Jean, es el máximo responsable por la organización del Alstom Open de France. Y por la designación de la sede de la Ryder Cup de 2018. Allí estaremos!
Sepultado por la prensa, reconocido y valorado por un grupúsculo minoritario.
Para cierto sector de los cronistas, pasó a ser mala palabra. Mientras que para otros, amén de su estrategia poco convencional, fue un ejemplo de fairplay. Hoy Jean, es el máximo responsable por la organización del Alstom Open de France. Y por la designación de la sede de la Ryder Cup de 2018. Allí estaremos!
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miércoles, agosto 05, 2015
Uno para todos
Comparto recital de La Vela Puerca grabado los días 22, 23 y 24 de agosto de 2013 en el Luna Park.
El conjunto oriental, no me vuela la cabeza, pero siempre tiene un gancho que me llama la atención.
La filmación es impecable, y el público es el personaje ppal. Gran laburo musical, donde los integrantes no son figuritas estelares. El video está tan bien compilado, que a un lego en porca materia, comme moi, lo va llevando de la mano, para ir conociendo el estilo bien a fondo.
Lo vi ayer en Puchero Center, y confieso que me quedé un largo rato disfrutándolo.
El conjunto oriental, no me vuela la cabeza, pero siempre tiene un gancho que me llama la atención.
La filmación es impecable, y el público es el personaje ppal. Gran laburo musical, donde los integrantes no son figuritas estelares. El video está tan bien compilado, que a un lego en porca materia, comme moi, lo va llevando de la mano, para ir conociendo el estilo bien a fondo.
Lo vi ayer en Puchero Center, y confieso que me quedé un largo rato disfrutándolo.
viernes, julio 31, 2015
Un 31 de julio
* 1932: Se realizan las séptimas elecciones parlamentarias alemanas. El Partido Nazi se convierte en el partido más votado, pero no alcanza la mayoría necesaria para gobernar.
* 1941: Reinhard Heydrich, el segundo al mando de las SS, finaliza la redacción del documento T/179, Nº 461, detallando la "Solución Final al Problema Judío".
* 1959: Se inicia la banda terrorista ETA.
* 2006: Fidel Castro transfiere la jefatura del estado cubano de manera temporal a su hermano Raúl Castro.
* 2008: La NASA anuncia el descubrimiento de agua en el planeta Marte.
Nacimientos
* 1396: Felipe III de Borgoña.
* 1464: Alberto III de Sajonia-Meissen, duque de Sajonia-Meissen.
* 1527: Maximiliano II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
* 1704: Gabriel Cramer, matemático suizo.
* 1712: Johann Samuel König, matemático suizo, nacido en Büdingen, Hesse, Alemania.
* 1720: Emmanuel Armand de Vignerot du Plessis, militar y estadista francés.
* 1803: John Ericsson, ingeniero e inventor sueco, apellido telefónico móvil, don't you?
* 1831: Ilya Ulyanov, padre de Lenin.
* 1858: Richard Dixon Oldham, sismólogo inglés.
* 1901: Jean Dubuffet, pintor y escultor francés.
* 1912: Milton Friedman, economista estadounidense.
* 1914: Louis de Funès , actor cómico francés muy parecido a Homero Braessas.
* 1918: Hank Jones, pianista de jazz estadounidense.
* 1919: Primo Levi, químico y escritor italiano. Uno de sus cuentos Il mimete es una delicia que nos llegar vía De Cunto.
* 1932: John Searle, filósofo estadounidense.
* 1944: Geraldine Chaplin, actriz estadounidense.
* 1944: Robert C. Merton, economista estadounidense.
* 1945: Gary Lewis, cantante estadounidense.
* 1946: Bob Welch, músico estadounidense (Fleetwood Mac)
* 1946: Karen Zerby, líder de la secta Niños de Dios
* 1953: James Read, actor estadounidense
* 1957: Daniel Ash, músico británico (Bauhaus)
* 1958: Bill Berry, baterista estadounidense (ex-integrante de R.E.M.).
* 1959: Stanley Jordan, guitarrista de jazz estadounidense.
* 1962: Wesley Snipes, actor estadounidense.
* 1963: Nace Alex Sorana. Artista de la oftamología y de la vida. Gran amigo gran.
* 1963: Fatboy Slim, músico británico.
* 1964: Jim Corr, cantante irlandés (The Corrs).
* 1965: J.K. Rowling, escritora británica.
* 1966: Dean Cain, actor estadounidense.
* 1967: Marisol Espinoza Cruz, periodista y política peruana.
* 1967: Minako Honda, cantante japonesa.
* 1973: Jerry Rivera, cantante de salsa puertoriqueño.
* 1974: Emilia Fox, actriz británica.
* 1976: Joshua Cain, guitarrista estadounidense (Motion City Soundtrack).
* 1978: Will Champion, baterista inglés (Coldplay).
* 1981: M. Shadows, vocalista de la banda estadounidense Avenged Sevenfold.
* 1986: Paola Espinosa, clavadista mexicana.
Fallecimientos
* 1108: Felipe I, rey de Francia (1060-1108).
* 1556: San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Hoy es su fiesta.
* 1750: Juan V de Portugal, rey de Portugal.
* 1784: Denis Diderot, escritor y filósofo francés.
* 1848: William Oakes, botánico estadounidense.
* 1849: Sándor Petőfi, poeta húngaro.
* 1886: Franz Liszt, compositor húngaro.
* 1895: Richard Hunt, arquitecto estadounidense.
* 1914: Jean Jaurés, político socialista francés.
* 1944: Antoine de Saint Exupéry, aviador y escritor francés. *
* 1954: Onofre Marimón, piloto de Fórmula 1 argentino.
* 1957: Pavel Tchelitchev, pintor y diseñador escénico surrealista ruso.
* 1966: Bud Powell, músico de jazz estadounidense.
* 1981: Omar Torrijos, jefe de Gobierno de Panamá.
* 1986: Teddy Wilson, pianista de jazz estadounidense.
* 1990: Fernando Sancho, actor español.
* 1993: Balduino I, rey belga entre 1951 y 1993 (n. 1930).
* 2003: Guido Crepax, ilustrador e historietista italiano.
* 2004: Líber Seregni, militar y político uruguayo, fundador del Frente Amplio.
* 1941: Reinhard Heydrich, el segundo al mando de las SS, finaliza la redacción del documento T/179, Nº 461, detallando la "Solución Final al Problema Judío".
* 1959: Se inicia la banda terrorista ETA.
* 2006: Fidel Castro transfiere la jefatura del estado cubano de manera temporal a su hermano Raúl Castro.
* 2008: La NASA anuncia el descubrimiento de agua en el planeta Marte.
Nacimientos
* 1396: Felipe III de Borgoña.
* 1464: Alberto III de Sajonia-Meissen, duque de Sajonia-Meissen.
* 1527: Maximiliano II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
* 1704: Gabriel Cramer, matemático suizo.
* 1712: Johann Samuel König, matemático suizo, nacido en Büdingen, Hesse, Alemania.
* 1720: Emmanuel Armand de Vignerot du Plessis, militar y estadista francés.
* 1803: John Ericsson, ingeniero e inventor sueco, apellido telefónico móvil, don't you?
* 1831: Ilya Ulyanov, padre de Lenin.
* 1858: Richard Dixon Oldham, sismólogo inglés.
* 1901: Jean Dubuffet, pintor y escultor francés.
* 1912: Milton Friedman, economista estadounidense.
* 1914: Louis de Funès , actor cómico francés muy parecido a Homero Braessas.
* 1918: Hank Jones, pianista de jazz estadounidense.
* 1919: Primo Levi, químico y escritor italiano. Uno de sus cuentos Il mimete es una delicia que nos llegar vía De Cunto.
* 1932: John Searle, filósofo estadounidense.
* 1944: Geraldine Chaplin, actriz estadounidense.
* 1944: Robert C. Merton, economista estadounidense.
* 1945: Gary Lewis, cantante estadounidense.
* 1946: Bob Welch, músico estadounidense (Fleetwood Mac)
* 1946: Karen Zerby, líder de la secta Niños de Dios
* 1953: James Read, actor estadounidense
* 1957: Daniel Ash, músico británico (Bauhaus)
* 1958: Bill Berry, baterista estadounidense (ex-integrante de R.E.M.).
* 1959: Stanley Jordan, guitarrista de jazz estadounidense.
* 1962: Wesley Snipes, actor estadounidense.
* 1963: Nace Alex Sorana. Artista de la oftamología y de la vida. Gran amigo gran.
* 1963: Fatboy Slim, músico británico.
* 1964: Jim Corr, cantante irlandés (The Corrs).
* 1965: J.K. Rowling, escritora británica.
* 1966: Dean Cain, actor estadounidense.
* 1967: Marisol Espinoza Cruz, periodista y política peruana.
* 1967: Minako Honda, cantante japonesa.
* 1973: Jerry Rivera, cantante de salsa puertoriqueño.
* 1974: Emilia Fox, actriz británica.
* 1976: Joshua Cain, guitarrista estadounidense (Motion City Soundtrack).
* 1978: Will Champion, baterista inglés (Coldplay).
* 1981: M. Shadows, vocalista de la banda estadounidense Avenged Sevenfold.
* 1986: Paola Espinosa, clavadista mexicana.
Fallecimientos
* 1108: Felipe I, rey de Francia (1060-1108).
* 1556: San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús. Hoy es su fiesta.
* 1750: Juan V de Portugal, rey de Portugal.
* 1784: Denis Diderot, escritor y filósofo francés.
* 1848: William Oakes, botánico estadounidense.
* 1849: Sándor Petőfi, poeta húngaro.
* 1886: Franz Liszt, compositor húngaro.
* 1895: Richard Hunt, arquitecto estadounidense.
* 1914: Jean Jaurés, político socialista francés.
* 1944: Antoine de Saint Exupéry, aviador y escritor francés. *
* 1954: Onofre Marimón, piloto de Fórmula 1 argentino.
* 1957: Pavel Tchelitchev, pintor y diseñador escénico surrealista ruso.
* 1966: Bud Powell, músico de jazz estadounidense.
* 1981: Omar Torrijos, jefe de Gobierno de Panamá.
* 1986: Teddy Wilson, pianista de jazz estadounidense.
* 1990: Fernando Sancho, actor español.
* 1993: Balduino I, rey belga entre 1951 y 1993 (n. 1930).
* 2003: Guido Crepax, ilustrador e historietista italiano.
* 2004: Líber Seregni, militar y político uruguayo, fundador del Frente Amplio.
jueves, julio 16, 2015
Ivor Robson: última edición como starter del British Open
Ivor Robson es el starter del British Open desde el año 1975.
Por ende, esta será su cuadragésima primera actuación. Robson es uno de los pocos, sino el único que cuenta con asistencia perfecta a la máxima cita del golf.
Podría ser esta,la del starter, una tarea que pasara desapercibida. Al menos así se piensa en varias canchas criollas.
Pero la dedicación y el empeño del escocés, lograron que desde los jugadores, pasando por las autoridades y llegando hasta la prensa, todos, absolutamente todos, reparasemos en la importancia y estoicidad que puede contagiar un starter. Curioso ..
Como bien sabéis en las islas, el primer horario no es broma, suele arrancar cerca de las 6 AM, y el último grupo en los días jueves o viernes, llega a salir, pasadas las 4 PM.
En esas 10 horas, Ivor prácticamente no se mueve de su garita, que es lo mas parecido a un ambón de iglesia.
No ingiere bebida alguna, ni tampoco come.
No por una cuestión de régimen, sino para no tener siquiera que ir al baño!
Agrega el escocés sobre su laburo: “requiere concentración total y absoluta. Por eso no tomo ni un sorbo de agua desde las 7 de la tarde del día anterior, hasta que salgan todos los grupos, después de 16:00 de la tarde del día siguiente”.
La dieta Robson, que quizá se patente, consiste en un vaso de agua y un sandwich, poco antes de las 19 hs.
¡Ese será todo su refrigerio!
Cada año Ivor se encuentra con el reto de jugadores con nombres que son difíciles de pronunciar, pero este escocés ha hecho del oficio de starter, un trabajo casi artesanal. Por eso se aprende los nombres, las pronunciaciones, y demás detalles con antelación, prestancia y distinción.
Cada jornada del British, Ivor llega con su inconfundible uniforme de saco y corbata. No arribará cerca de la hora de salida del primer grupo, sino que lo hará 90 minutos antes!
¿Viene con las manos vacías?
No, no, no.
Ivor trae lápices, remeras y marcadores para que los jugadores dibujen la identificación en sus pelotas.
Llama a los jugadores al tee, les brinda sus tarjetas, la posición de banderas, las reglas locales y verifica que las pelotas que utilizarán los jugadores estén aprobadas.
En fin, ahora sabemos algo mas, no mucho, sobre el inconfundible hombre de voz particular que dice “on the tee”.
En todos estas ediciones de Opens, Ivor trabaja a brazo partido desde primera hora, hasta el momento final, una vez que salieron todos los grupos.
Ivor reitera que le encanta su trabajo.
Su consejo es “hacer las cosas bien”. Damos fe de ello.
Agradecemos vtra.dedicación y felicitamos vtro.laburo paciente.
No sabemos quién podrá ocupar tan noble tarea. Será algún locutor criollo con cierto conocimiento golfero?
Por ende, esta será su cuadragésima primera actuación. Robson es uno de los pocos, sino el único que cuenta con asistencia perfecta a la máxima cita del golf.
Podría ser esta,la del starter, una tarea que pasara desapercibida. Al menos así se piensa en varias canchas criollas.
Pero la dedicación y el empeño del escocés, lograron que desde los jugadores, pasando por las autoridades y llegando hasta la prensa, todos, absolutamente todos, reparasemos en la importancia y estoicidad que puede contagiar un starter. Curioso ..
Como bien sabéis en las islas, el primer horario no es broma, suele arrancar cerca de las 6 AM, y el último grupo en los días jueves o viernes, llega a salir, pasadas las 4 PM.
En esas 10 horas, Ivor prácticamente no se mueve de su garita, que es lo mas parecido a un ambón de iglesia.
No ingiere bebida alguna, ni tampoco come.
No por una cuestión de régimen, sino para no tener siquiera que ir al baño!
Agrega el escocés sobre su laburo: “requiere concentración total y absoluta. Por eso no tomo ni un sorbo de agua desde las 7 de la tarde del día anterior, hasta que salgan todos los grupos, después de 16:00 de la tarde del día siguiente”.
La dieta Robson, que quizá se patente, consiste en un vaso de agua y un sandwich, poco antes de las 19 hs.
¡Ese será todo su refrigerio!
Cada año Ivor se encuentra con el reto de jugadores con nombres que son difíciles de pronunciar, pero este escocés ha hecho del oficio de starter, un trabajo casi artesanal. Por eso se aprende los nombres, las pronunciaciones, y demás detalles con antelación, prestancia y distinción.
Cada jornada del British, Ivor llega con su inconfundible uniforme de saco y corbata. No arribará cerca de la hora de salida del primer grupo, sino que lo hará 90 minutos antes!
¿Viene con las manos vacías?
No, no, no.
Ivor trae lápices, remeras y marcadores para que los jugadores dibujen la identificación en sus pelotas.
Llama a los jugadores al tee, les brinda sus tarjetas, la posición de banderas, las reglas locales y verifica que las pelotas que utilizarán los jugadores estén aprobadas.
En fin, ahora sabemos algo mas, no mucho, sobre el inconfundible hombre de voz particular que dice “on the tee”.
En todos estas ediciones de Opens, Ivor trabaja a brazo partido desde primera hora, hasta el momento final, una vez que salieron todos los grupos.
Ivor reitera que le encanta su trabajo.
Su consejo es “hacer las cosas bien”. Damos fe de ello.
Agradecemos vtra.dedicación y felicitamos vtro.laburo paciente.
No sabemos quién podrá ocupar tan noble tarea. Será algún locutor criollo con cierto conocimiento golfero?
Etiquetas:
British Open,
Golf,
Historia,
Very British
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