Miguel y Fabiana Cantilo muestran la historia de cuatro compañeros que emprenden un viaje hacia el campo, un ritual compartido entre amigos.
Son como pequeñas fotos de esos viajes, hacer dedo, fogatas, un picnic al costado de la ruta.
Una canción del camino, espiritual, que habla de ese enorme tesoro que podemos llevar dentro nuestro cuando nuestras pertenencias materiales caben todas en una mochila.
Gracias por seguir produciendo tanta poesía Miguel.
De esa que aún nos moviliza, y nos empuja a vivir (mejor).
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