La primera cosa que me llamó la atención de estos interesantes lugares, fué la administraciòn del tiempo.
Cursando Cálculo Numérico I, bajo la labia de Hugo Scolnick, el tipo argumentaba que todos los teoremas matemáticos demostrados computablemente provenían de los nórdicos. Un colega arriesgó su pregunta:
- Por - qué, son mas inteligentes?
- No necesariamente- respondió Scolnick - Pensa esto, durante el invierno, tienen 4 escasas horas de iluminación y por las condiciones climáticas, pasan mucho tiempo en sus casas. Hacen crucigramas, y otras cuestiones esotéricas, tal como estas demostraciones.
Hasta allí el recuerdo de mi paso por Cs.Exactas. Vamos no se cuanto tiempo de esta gripe y ahora se suma el crudo invierno. Aquí en Trelew y zonas aledañas, nevó de lo lindo.
La cosa es que el tiempo se hace algo así como hiperelástico.
Regresando de la "jornada laboral", hube de hacer cuestiones varias, que incluyeron hasta una pasada por la pista de atletismo, no para el lanzamiento de bala y martillo, sino para reponer, parte de la inmovilidad computable, que me ciñe las asentaderas a la silla laboral. El trato hecho con Alejandro Jodorowsky, era un porcentaje de vueltas a la pista cada tantas líneas de chat. Me costó, pero las cumplí.
Ciertamente, la pista estaba desolada. La gente concurre con botellas de agua "finamente gasificada", yo en cambio lo hice con un equipo que parecía afanado a un recluso del penal de Olmos. Buscaba mi traje de agua, ya que la temperatura orillaba los seis grados bajo cero, pero obviamente no hallé ni eso, ni las medias térmicas recientemente adquiridas. Fuí con unas medias 3/4, zapatillas nike (pero de golf?), y una bombacha de campo.
A todo esto había que sumarle que en la mochila llevaba un tubo de oxígeno, previendo lo que se vendría, al realizar los primeros 25 metros de trote liviano ..
Con el clima descrito, huelga comentar que en la pista, estaba casi solo, a excepción de unos atletas que entrenaban para correr en la tundra siberiana, en 2011.
La sensación de los primeros metros, era lo mas parecido a Tutankamón practicando paso vivo, pero dentro del féretro de su tumba, solo que 28 grados mas frío ..
Pude cumplir con esta meta, y quedó tiempo para cocinar lentejas, colgar la ropa, ver Ladrones de medio pelo de Woody Allen, y otras cosas.
Lo cierto es que parecíamos los Ingalls, listos para morfar a las 20:30.
Por suerte, el capítulo de The Office, calmó (parte de) la locura reinante, en esta mezcla de frío, gripe y vacaciones forzosas.
Lo único sospechoso, es que en la puerta de casa, tengo una ambulancia de un psiquiátrico con gente que monta guardia permanentemente.
Malditos hombres de blanco!
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