Cicerón declaraba que "era manifiesto error suponer que el fondo de sus discursos expresaba sus verdaderas opiniones".
El gran orador tuvo, por lo menos, la honradez de alertar a sus oyentes.
Dieciocho siglos más tarde, el jesuita Gabriel Malagrida decía que "la palabra le fue dada al hombre para ocultar su pensamiento".
Ya en nuestros tiempos, el lingüista norteamericano Sturtevant dice que "el lenguaje nació para disimular los pensamientos".
Sin embargo, en los tiempos digitales que corren, también este disfraz se extiende a la palabra escrita, la palabra digital.
Cúan complejo entonces, leer entonces los pensamientos/sentimientos de las personas.
Sturtevant iba mas al fondo de la cuestión, y postulaba que solo somos sinceros cuando nos ruborizamos, explotamos en ira, o reímos a carcajadas.
Pero dentro del mundo virtual, la palabra escrita, otrora veraz y sincera, se tiñe cual camaleón.
Poco queda entonces para los crédulos.
¿Quién podrá asistirnos (entonces), para no caer en la desesperación?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario