Para mí, joven computable (por aquel entonces), eso era evidente, lógico e irreprochable. Todo debería ser demostrable, fuere un teorema, una enunciación, la valoración sobre las manzanas del negocio de la esquina, o el juicio de valor sobre una persona.
Sin embargo, años mas tarde, me topé con comentarios muy distintos, provenientes de personalidades como Ruppert Sheldrake o Fritjof Capra. Cuestión que fuera reafirmada durante mi paso por el IIPE. El fruto de esa estadía iipeana, fué el de no limitarme a la cuestión cuantitativa. Muy necesaria, pero a la vez limitativa, cercenadora.
Debemos dar paso a nuestra intuición, (en vez de cerrárselo permanentemente).
Trabajarla, escucharla, ejercitarla. Y al mismo tiempo intentar escribir la historia de nuestras vidas, pero no de modo cerrado, sintiéndo que "todo esta bajo control", sino que somos los principales guionistas del libreto de nuestra vida, pero no los únicos. Allí aparece con mayor claridad la idea de Carl Gustav (Jung).
Como primera aproximación diremos que la sincronicidad encierra coincidencias significativas, pero es una vaga aproximación, y de ningún modo una definición cerrada.
Comparto entonces algunos libros que pueden servir como buenos disparadores, para empezar a permitirse vivir de otro modo.
El misterio de las coincidencias de Eduardo R. Zancolli
¿Casualidades? de Karina Muzzupappa
Ayúrveda Amén de la bibliografía esencial que puede uno hallar, dentro de la vasta obra jungiana:
- Memories, dreams, reflections
- Modern man in search of a soul
- Man and his symbols
- Undiscovered self
Para favorecer el clima, sírvase acompañar el proceso con esto:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario